Capítulo 8

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Hace tiempo que no disfrutaba tanto de una fiesta como esta. 

La última vez que asistí a una fue hace poco más de cuatro meses, un compañero de la extinta pandilla celebró su cumpleaños. Obviamente todos bebimos sin control y terminé completamente ebrio. Ahora que lo recuerdo, ese día no llegué a casa. 

No niego en lo absoluto que esta noche fue mejor que aquella ocasión. A pesar de lo ocurrido, el conflicto con el insoportable de Ben, la pasamos bastante bien; Chuck disfrutó embriagarse a pesar de tener un golpe en su rostro. Incluso hasta coqueteaba con varias chicas, lo que le molestó a Rebecca, es más que obvio que ella siente algo por él.

Matt de un momento a otro comenzó a bailar, en intentos fallidos, break dance. De igual manera bebió tanto, pero no como otras personas que incluso pareciera que hablaban otro idioma.

Pete cumplió lo que prometió, se embriagó hasta el culo al igual que Jenni, tanto que tuvimos que sacarlos de ahí entre varias personas porque no podían mantenerse de pie. ¡Y qué decir cuando llegamos a casa! Tuve que taparle la boca a mi querido hermano en varias ocasiones porque no dejaba de gritar estupideces y temía que Zach lo viera en tal estado.

Por mi parte estuve con Elena el resto de la fiesta, riéndonos de las estupideces que decían y hacían nuestros amigos en medio del salón principal y, por momentos, en el jardín. Solo bebimos un poco para no empezar hacer el ridículo como lo estaban haciendo nuestros acompañantes.

¡Qué noche! Y ahora que lo recuerdo, no vi en ningún momento a Hayley. Se supone que asistiría, incluso tenía las intenciones de invitarme, pero no la visualice en casa de Rebecca. Bien, es algo que no le debería de tomar mucha importancia. Tal vez tenía un compromiso más importante. 

Esto me hizo recordar lo bien que la pasaba en Sebastopol a pesar de mi vida desastrosa, y que mejor compañía que con mi mejor amigo Johannes.

No niego que me hace falta ese idiota para poder pasarla genial al cien por ciento, pero sé que su salud mejorara y superará cada uno de sus problemas cuando salga de ese lugar. Volverá a comenzar y tendrá una segunda oportunidad al igual que yo lo estoy haciendo.

Desde que tengo memoria siempre hemos estado juntos. Recuerdo el día que lo conocí, fue en el patio de la escuela a la que asistíamos, solo teníamos ocho años. Un par de niños solitarios sentados observando a los más grandes jugar futbol todo porque éramos pequeños y nosotros nos podíamos lastimar, era lo que siempre mencionaban.

Siempre nos molestaban alegando que éramos unos débiles. Después de ese día unos unimos y prometimos vengarnos por el desplante que nos habían hecho, y vaya que lo hicimos.

Cada tarde, siempre que terminaban de jugar, todos iban al área de baños para asearse un poco, obviamente porque terminaban bañados en sudor. Esperamos detrás de un muro que estaba a lado de la entrada a dicho lugar, los vimos que uno a uno ingresaron. Echamos un ultimo vistazo que nadie nos viera de lo que estábamos a punto de hacer. Salimos de nuestro escondite y rápidamente cerramos la puerta, atorándola con una barra de metal, que había cerca de ahí, en el pasador de la misma.

Roces accidentales [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora