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Tres años después de lo ocurrido...

Seúl, Junio.

Sonreí al ver tan hermosas rosas, el señor corto una flor blanca muy linda y sonrió hacia mi dirección.

—Es un regalo, Haneul —dijo aquél anciano mientras colocaba la flor en un costado de mi cabello— Tu madre era una mujer muy hermosa y fue una gran amiga mía, me alegra que tuviera una hija muy linda y educada como tú.

Sonreí y él palmeo mi espalda delicadamente. Me hizo entrega de las cosas que había comprado en su local, unos chocolates y un reloj plateado.

—¿Me veo linda, señor Kim? —pregunté tomando la orilla de mi vestido.

Aquél anciano sonrió mostrando como sus ojos se cerraban al sonreír.

—Tu novio es muy afortunado, ese vestido es lindo.

—Él me lo regalo el día de mi cumpleaños, dijo que el color lila me quedaba muy lindo.

—Y con esa flor resalta aún más. —dijo el nieto del señor Kim.

Sonreí hacia su dirección y tomé la bolsa que contenían los regalos que compré para él.

—Bueno, debo irme o llegaré tarde al restaurante.

Coloqué mi abrigo y salí de la tienda.

Comencé a caminar, el restaurante no quedaba lejos de aquí, así que no vi la necesidad de tomar un taxi que me llevara hasta el lugar.

Estaba tan emocionada, dios, quería verlo ya, besarlo y festejar con él nuestro tercer aniversario como novios.

Crucé la calle junto con demás personas, las calles estaban tan transitadas últimamente en el centro de la ciudad. Algunos golpeaban mi hombro y se disculpaban en seguida para después continuar con su caminata.

Estando dos cuadras cerca del restaurante las personas eran menos, pero alguien chocó conmigo, golpeó mi hombro haciendo que la bolsa que tenía en mi mano cayera.

—Disculpe. —dijo para seguir con su caminata.

—Imbécil —bufé— Ni siquiera se dispuso a ayudarme.

Me agache un poco para tomar la bolsa y las palabras de aquél hombre resonaron en mi cabeza.

Esa voz... Se me hacía conocida, ¿pero de dónde?

Giré para ver al hombre, solo pude ver que era alto, tenía un gorro azul en su oscuro cabello y un abrigo gigante de color gris.

No le di importancia, quizás solo me esté confundiendo y ni siquiera conozca a ese hombre.

Apresuré mi paso y llegué al restaurante, pude verlo detrás del cristal, arreglando su cabello y después su corbata, sabía que estaba impaciente por mi llegada al momento de revisar la hora en su celular. Pude ver el fondo de bloqueo, una foto de nosotros, dónde el me cargaba el día de mi cumpleaños.

Entré al restaurante y una señorita se acercó a mí.

—Buenas noches señorita, ¿tiene reservación?

—Sí, amh, vengo con Lee Minho.

La chica reviso su lista y encontró fácilmente el nombre, sonrió hacia mi dirección y tomó mi abrigo.

—Por aquí, por favor.

La señorita me guió hasta la mesa dónde Lee alzó la mirada y sonrió, se puso de pie y me miró de pies a cabeza.

LEGAL² | LEE MINHO | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora