Monólogo Del Dolor

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Todo era ensordecedor.

Desde la fría cadena sobre sus muñecas hasta la constante gotera sobre su rostro.

Taehyung apenas podía pensar bien, su cuerpo tiritaba de frío, pero no era el ambiente, era una pequeña máquina instalada en la habitación, probablemente para desorientarlo acerca de su ubicación, su cuerpo se encontraba cubierto sólo con unos boxers y una playera blanca, no había rastro de su ropa o algo más, la habitación se encontraba oscura y solitaria, con una silla y aquella máquina acompañándolo solamente.

Había contado unas doce horas desde que despertó, sin embargo no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, ni cuánto había dormido, todo era borroso, recordaba haber visto a Baekhyun y caminar junto a él, todo lo demás era ausente, esperaba que su amigo pelirosado estuviera bien.

Había despertado completamente horrorizado, las primeras horas había intentado sacarse inútilmente las cadenas, paró cuando las marcas rojas en sus muñecas empezaron a escocer y humedecerse con su propia sangre, las cadenas venían de ambos lados de la habitación, haciendo que los brazos de Taehyung asemejara la posición de Cristo sobre la cruz y sus rodillas sobre el piso, empezaban a dolerle, todo su cuerpo pedía a gritos un descanso de esa posición, gritos que no fueron escuchados.

Lo primero que hizo cuando recobro la cordura fue examinar a la vista su cuerpo, no podía tocarse, pero cierto alivio se instaló sobre su pecho cuando notó que no había agresión sexual, tampoco le faltaba alguna extremidad o algún falanje, el lugar donde se encontraba parecía una bodega, tal vez un almacén, no podía estar seguro por la humedad en las paredes y él apenas persivible olor de las paredes (gracias a la máquina que enfriaba el cuarto) Taehyung podía presentir que era un lugar abandonado, un lugar tranquilo, no podía escuchar el mar, tampoco un río, ni mucho menos el ruidoso bullicio de la ciudad, por lo que concluyó que no se encontraba en ninguna de las sedes de la trinidad del sótano, tampoco se encontraba en seúl, en realidad, aquello no le servía de nada.

¿Tendría algún enemigo?, ninguno que se tomaría esas molestias, ¿enemigo de su padre?, probablemente, sin embargo había sido secuestrado en el sótano, un lugar vistoso para aquello, lo pensó una y lo pensó mil veces, no podía saber la respuesta.

Se preguntó si alguien se habría dado cuenta ya, ¿Jimin?, probablemente, ¿Hoseok?, seguramente se encontraba exhausto después de aquello golpiza, nadie notaría su ausencia y aunque lo hicieran no creerían que pasaba algo con él, era Kim Taehyung, un chico con poder y sin miedo a nada, seguramente creerían que todo estaba bien.

Miró su mano, le había dolido unas cuantas horas, la herida que ahí se alojaba parecía profunda, por el color morado que empezaba a notarse probablemente se infectaría, si no era que ya estaba hecho.

Suspiro por centésima vez intentando tranquilizarse, aquella era una situación que había platicado con su padre algunas cuantas veces, "Ahora que estas grande, tengo que hablarte de algo", eso dijo el señor Kim la primera vez que tocó el tema, par un adolescente normal, aquella frase vendría acompañada de una platica acerca del sexo, el permiso para conducir o la carrera que va a estudiar, pero para Taehyung había sido como cuidarse de un secuestro.

Los secuestros en Corea no eran algo usual, tampoco terminaban siendo demasiado violentos, la mayoría solo cobraba el dinero y luego no volvías a saber nada de aquello, el gobierno pagaba tus horas de psicólogo y tu vida continuaba.

Eso quería Taehyung.

Él secretario de su padre le había hablado sobre algunas cosas, durante un secuestro, no debes ser hostil, tampoco muy sumiso, debes responder y siempre aclarar quien es la persona que puede pagar el rescate.

Elegant Underground /HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora