Prólogo

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02/06/202♧.

Me contrataba conduciendo a una velocidad descontrolada, el viento chocaba en mi rostro y yo solo aceleraba más.

Sabía que me estaban siguiendo, mi vida corría peligro, y no había nada que pudiera salvarme.
No sé en qué momento había terminado así, o quizás sí, pero no lo quería admitir.

Con facilidad lograba esquivar los autos, la moto me permitía entrar en espacios estrechos, pero desgraciadamente mis perseguidores igual, venían a pocos metros de mí.
Eran cinco, dos autos y tres motos, y yo solo una chica con miedo a morir.

El sonido de sus motocicletas, solo aumentaba mi ritmo cardíaco, el temor y el pánico me inundaban, lo cual era una desventaja enorme al estar conduciendo una moto, ya que debía mantener el equilibrio y la seguridad, si no sería más propensa a perder el control de esta.

Las bocinas de los autos y el ruido de la gran ciudad, eran una pequeña distracción.

Lo que me hacía pensar en momentos que solo era un día común y corriente en New York, con el típico Ajetreó de la gente.

Las aglomeraciones de autos en la hora peak y habitual el ruido de las noches.

Pero volví a la realidad cuando escuche los disparos. Genial ahora no solo me seguían, sino que también me disparaban.Logre desviarme hacia la carretera principal, dejando atrás la ciudad para dirigir me a algún pueblo cercano.

Mala idea, porque les había dejado el camino libre a ellos, ya no había tantos autos que se interpusieran en su camino.
Y el sonido de los disparos ya era cada vez más constante. Lo único que me mantenía un poco a salvo era la mala puntería.

Dobló sorpresivamente, desviándome de la carretera.
Me adentró en el bosque, avanzo entre los árboles y logro perderlos. Una sensación de alivio me inunda.
Sin embargo, una de las motocicletas se atraviesa, las otras dos se ubican a cada lado de mí, y un auto atrás.

-Mierda...- murmuró.

Por más que intento buscar alguna salida no puedo, estoy acorralada, así que comienzo a bajar la velocidad y me detengo.
No bajo de mi motocicleta, sé que me obligaran a hacerlo, también que ya no me quedan opciones.

El frío de la noche hace que mi cuerpo se estremezca, el cielo está completamente estrellado, es una de las cosas que me gustaba del bosque. Observar las estrellas... El momento habría sido más grato a solas y no a punto de recibir un disparo.
Pero bueno al menos tendría una linda vista.

-Quiero felicitarte-dice Jason bajando del auto, con ese típico aire de confianza, control, elegancia y misterio-digo hay que tener agallas o ser lo suficientemente ingenua como para pensar que podrías escapar de mí- la calma y burla de su comentario, solo hace una cosa, aumentar mis ganas de golpearlo.

Lo miro con mi mejor cara de fastidio y me siento estúpida porque eso solo hace aparecer una sonrisa de suficiencia en su rostro.

-Preciosa por qué no dejas de huir y bajas de la moto, hagamos esto fácil ya perdimos suficiente tiempo- la orden es sutil y su rostro está ahora relajado, solo su mirada es algo severa.

Tomo aire para no hacer ninguna estupidez y mientras me vea como una chica obediente tendría oportunidad. Al menos me quería engañar a mi misma de que él tendría piedad.

Me limito bajar de la moto y nos miramos, cada uno estudia al otro. Desconfianza, dos rivales enfrentándose. Nada de amor ni cariño, Figiamos bien al parecer.

-¿Qué pensabas, Esperabas jugar con los jefes de la mafia y salir ilesa?-se aproxima a mí, decidido.

Bajo la vista, no porque esté humillada, sino porque estoy lo suficientemente enojada como para hacer algo que solo aumentaría más mis problemas.

 B.T.W Entre Dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora