El miércoles llegó finalmente, todo el mundo vivía su vida como lo hacen por lo normal, ¡Pero claro!, Para Giyuu solo será una pesadilla debido a que despertó con mucha fiebre. Quiso dejarlo pasar por alto gracias debe estar en la academia sin poner una excusa, su sentido de responsabilidad se lo dicta.
El señor Urokodaki notó de primera mano el malestar del muchacho y lo obligó a quedarse en casa, no correría el riesgo de que a Giyuu, por no guardar reposo, le pasara algo, también aclarando que el muchacho suele ser demasiado terco en cuanto preocuparse por si mismo.
Giyuu no estaba para nada contento con la decisión, solo era fiebre pasajera, no entendía la razón de tanto alboroto por algo tan diminuto cómo esto.
Jadeó ahogadamente con mucha fuerza mientras se sienta sobre el colchón de golpe, le duele el pecho como si varios clavos estuvieran incrustados allí, de pronto la náuseas le llegaron bloqueando todos sus sentidos e intento concentrase en no vomitar porque la habitación no es un buen lugar para hacer tal cosa, solo la ensuciara y agregará una nueva preocupación más a su día.
Entonces Giyuu cae en cuenta de algo muy importante, ¡No llevo a Tanjirou a clases, demonios! ¡¿Se habrá ido solo?!, se trata de levantar para tomar su móvil y textetearle a Tanjirou, tiene que asegurarse de que llegó bien a clases.
Es tonto, a su parecer, la preocupación ya existente hacia Tanjirou es curiosa para él. El muchacho no tiene tanto tiempo desde que vive allí, aún así siente demasiada protección por el, hasta llegar al punto de querer textearle para saber si no se perdió de camino a la academia.
La puerta se abre a los segundos mostrando una cabellera burdea, sus pequeño rizos rojizos se balancean por el movimiento que ocasiona su caminata.
Giyuu jamás notó antes que el cabello de Tanjirou tiene tal forma, y también posee algunas pecas sobre sus mejillas. Las facciones de su rostro eran tan tiernas resaltando que aún era un niño, para más: una alegre sonrisa estaba dibujada en sus labios.
¿Cómo podía ser Tanjirou Kamado tan... Lindo?
Giyuu se regaña mentalmente por pensarlo de esa forma tan descarada.
Es como su primo, ¿no?, porqué, es él sobrino biológico del señor Urokodaki.
