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Tierno.
Tanjirou no entendía aquel adjetivo hacia su persona, mucho menos cuando Giyuu se lo susurraba o decía sin rodeo alguno. Jamás se consideró alguien tierno, nunca, en realidad no le pasaba por la mente poder serlo algún día.
Era un adolescente común y corriente, la mayoría de los adolescentes son descritos cómo lindos, guapos, no como tiernos. Por esa razón (y otra más) el Kamado no lograba comprender porque su pareja había decidido compararlo con tal palabra, bueno, no es que se trate fe una comparación pero fue llamado de esa forma hace unos pocos segundos atrás. Giyuu desvío la mirada, victorioso por destacar un sonrojo en las abultadas mejillas de su precioso novio, podía decir con mucha felicidad que esa semana logró que el muchacho se alimentara frecuentemente, aunque la verdad comia porciones pequeñas.
Al menos el muchacho comía a las horas adecuadas.
─¿Tierno?─Preguntó él chico mirándolo con confusión fijamente, una de las cosas que Tanjirou solía hacer (inconscientemente) durante un interrogatorio es mirar a la otra persona fijo─. No soy tierno─aclaró alzando una ceja con el ceño fruncido, no había enojo.
─Bueno solecito...─intentó explicar, sus ojos buscaron otra cosa a la cual mirar. Giyuu no es para nada blando al momento comunicar sus ideas o pensamientos, siempre se la ha descrito como una persona bastante directa, ¿entonces por qué ahora siente nerviosismo al intentar explicarle su novio que es tierno?, probablemente es porque esa rojiza mirada parecer estar en desacuerdo─. Eres tierno.
─No lo soy.
─¿Lo dices desde tu punto de vista─ Tanjirou asiente─. Yo también lo digo desde mi punto de vista, corazón─aquel apodo lo pasó desapercibido pero su pareja fingió no darse cuenta, sus reacciones naturales terminaron por desmentirlo ya que sus mejillas intensificaron tal rubor─. Si te vieras en un espejo justo ahora...─ríe Giyuu.
─¿Qué hay de tierno en mi?─no sé guardo las dudas, dió un aso al frente encarando a su pareja. El azabache realmente agradecía estar en casa sin el señor Urokodaki o Nezuko, en especial sin la última, aún no le habían comentado nada acerca de la nueva relación.
─Todo─respondió sin dudarlo. Él muchacho se quedó atrás, también se acercó a Tanjirou encarandolo─. Podría comenzar con resaltar tu tamaño, ¿1.65 habías dicho?─El menor asintió─. Eres al menos once o doce centímetros más bajo que yo, es tierno verte─el Kamado suspiro─. Tus mejillas también lo son, en especial cuando adoptan ese precioso rubor" tomó las mejillas de su pareja entre sus manos─. Tus ojos me encantan.
─Ya basta─ordenó apenado, desvío la mirada por completo, sabía que si su pareja seguía hablando de sus facciones terminaría convirtiéndose en un tomate humano.
