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La tarde cayó finalmente para suerte de Tanjirou, se encontraba viendo felizmente la "discusión" que mantenían sus dos hermanos menores tras jugar veo con mi ojito durante el camino al estacionamiento, Hanako tanto como Takeo eran bastante competitivos entre ellos lo cual lo dejaba sin palabras, Shigeru solía ir detrás de ellos lanzando porras a su hermana porque en verdad Takeo a veces exageraba las situaciones, Rokuta tomaba la mano de su madre mientras reía por la energía de sus hermanos mayores en tanto que Nezuko cómo Tanjirou caminarán detrás de ellos hablando entre si. Todos sabían que Nezuko y Tanjirou eran más unidos al ser los hermanos mayores, le llevaban algunos años a Takeo porque mientras que Nezuko contaba con catorce años y Tanjirou con quince: Takeo contaba con once.
Eran una familia muy feliz al parecer de todos, incluso para los mismos miembros.
-Oh, Tanjirou, ¿Podrías ir a la tienda de ropa?, Rokuta olvidó su peluche-menciona su madre un poco apenada por la molestia que le causaría a su hijo mayor, en cambio este le sonrio entre un pequeño asentimiento.
-Iré.
-Hijo, te esperamos en el auto-esta vez la palabra es tomada por su padre.
Tanjirou asiente corriendo por dónde vinieron en primer lugar, sabía cuál era la tienda de ropa de la que hablaban ya que fue a la única que entraron durante su estancia en el centro comercial, pues la pasaron en el cine y el aire de comida, también una jugueteria dónde compraron el peluche que Rokuta olvidó. Se apresuró con el fin de mi hacer esperar más a sus familiares y para su suerte, la recepcionista del local lo reconoció de inmediato entregándole el peluche con una sonrisa amistosa.
El muchacho dió un agradecimiento leve y volvió al estacionamiento, todos sus familiares (a excepción de Nezuko) ya se encontraban dentro del vehículo, la última lo esperaba con la puerta del auto abierta sonriéndole de par en par.
Solo logró dar un paso cuando el vehículo de su familia fue embestido violentamente por un auto de color rojo, Nezuko cayó hacia adelante raspando todas sus rodillas pero afortunadamente el choque no la impacto de gravedad.
El pelirrojo no se movió, no esbozó ni un solo suspiro, ni siquiera tuvo el valor de soltar el aire que apreso en sus pulmones observando vacilante la escena frente a sus ojos, él chico estaba completamente congelado. Entonces su cerebro le envío fuertes descargas eléctricas con un mensaje en claro.
Salvalos.
-M-mamá-apenas artículo-. P-papá-dio un paso hacia adelante, su cuerpo inestable entre algunos temblores-. ¡Mamá, papá!-terminó por reaccionar corriendo hacia los vehículos en ruinas con los cuerpos de sus hermanos y padres dentro-. ¡No, mamá, papá!
