La otra dimensión -Spainrp

Enojo -33

Recuerdo sentirme furiosa.

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Caí sobre la cama intentando controlar mi respiración, apretando fuertemente mi pecho en un intento de sentir más seguridad.

Había cerrado la ventana y asegurado cada puerta de la casa, incluso me había encerrado en mi cuarto, aunque ahora no creo que fuera la mejor idea.

Agarré mi celular, buscando algún contacto que pueda ayudarme con lo que me estaba sucediendo.

Al encontrarlo le marqué.

- ¿Hola?- preguntó él al otro lado

No pude contestar, mi garganta se había hecho un completo nudo, lo único que pude emitir fue un sollozo

- ¿Lena? Estas bien?

- No..- susurré intentando controlar mi mano, ya que no paraba de temblar.

- ¿Donde estás?

- En mi casa...

El cortó y yo solo pude tirar el celular y abrir la puerta.

Agarre el vaso de agua que estaba en mi cuarto y tragué un poco de ella, sin embargo eso no hizo que el ataque pasara.

Literalmente estaba sentada en mi cama, aferrándome desesperadamente a mi pecho, sintiéndome que me ahogaba con cada segundo que pasaba.

Pasados los minutos en esta situación no parecía mejorar, así que me pare y comencé a caminar alrededor de mi habitación, intentando distraerme, pero el hecho de mirar la ventana solo hace que piense en lo anterior.

Escuché la puerta hacer ruido y me di vuelta, sintiendo sus pasos apurados por el pasillo.

Y ahí estaba el.

Su mano empujaba la puerta, y la otra estaba sobre el marco, su respiración estaba igual de agitada que la mia, su cabello ligeramente despeinado, y su camisa un poco arrugada.

Su mirada bajo a mi pecho y frunció el ceño.

Probablemente el este mirando el hecho de que yo no estaba respirando.
Caí de rodillas y me golpeé el pecho, en un intento de hacer que este volviera a respirar.

- Tranquila..- dijo acariciando mi cabello mientras se agachaba a mi altura.

Agarré su cuello de la camisa y me aferré a el, el me rodeó con sus brazos y yo pegué mi oído a su pecho, para intentar seguir el ritmo de su corazón, para regular mi respiración.

El agarró mis mejillas haciendo que lo mire fijo, corrió todos los mechones de pelo que se pegaban a mi rostro, y pegó sus labios a mi frente, haciendo que me concentre en su tacto.

Cerré los ojos y comencé a concentrarme en mi respiración, exhalando y inhalando lentamente.

Pasados lo que parecieron diez minutos, el separó sus labios de mi piel, y me levanto, dejándome sobre la cama, tapandome.

Se sentó a mi lado y acarició mi rostro con su mano, mientras observaba el lugar buscando algo fuera de lo normal.

- Conway, en verdad tiene que hacer algo con esa mafia, porque van a matarnos a todos.

A pesar de que lo había dicho en un susurro el lo escucho claramente, puesto que al instante tensó su mandíbula dándose cuenta de que esto había pasado por el.

- Si dijera todo lo que sé, todo sería mucho peor.

Cerré los ojos cansada, hoy había sido un muy largo día, y las caricias del superintendente no ayudaban a mi intento de quedarme despierta, por lo que poco después, quedé dormida.