Forbidden Place (Taeten/nct)

23 : Bala.

NARRADOR OMNISCIENTE.

Con el arma en la mano y la decisión tomada salio de la casa y camino por la fría calle. Todo estaba oscuro y vació aun (teniendo en cuenta que eran las cinco de la mañana).

Su cuerpo siquiera sentía el frió por la furia que lo recorría, las lagrimas comenzaban a salir nuevamente con cada paso. Soltó un grito al aire, tan desgarrador como el de un cachorro recién nacido. Estuvo caminando por unos veinte minutos, hasta que al fin lo encontró.

Sentado en el asfalto, fumando tranquilamente se encontraba Enric, quien al mirarlo sonrió.

- por tu aspecto parece que logre mi cometido - se levanto de la vereda y abrió sus brazos - ven, te daré el consuelo que mereces - 

Fue cuando estuvieron a un metro de distancia que Ten saco el arma y le apunto a la cabeza.

- oh , si , me darás el consuelo que merezco - se acomodo para disparar.

- T-ten, oh , vamos, era solo un monstruo - tartamudeo y dio pasos atrás.

- y tu eres solo un humano - se acerco, fríamente - ¿pero sabes la diferencia entre ambos? - pregunto, su voz mas neutra que nunca - la diferencia es que el tuvo quien le vengue, pero tu, nadie sabrá quien te mato - y sin mas, apretó el gatillo.

La bala voló hasta clavarse en el cráneo del joven, quien cayo al suelo, con los ojos bien abiertos y aun vivo vio como Ten se acercaba para dispararle una vez mas, esta vez en el corazón.

Fue así como al salir del trance Chittaphon salio corriendo con el arma en mano.

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Eran las seis de la tarde del otro día cuando el adolescente alfin se digno a bajar a comer algo. Su padre estaba mirando las noticias y al verlo hablo:

- mira hijo, se encontró el cuerpo de un joven tirado en la calle - a Ten se le heló la sangre - parece que lo mataron con dos balazos  - su padre suspiro, abatido.

El por su parte se sirvió su leche y la comió con cereales. Sentía un gran vació en el pecho, que apezar de haber llorado toda la noche este jamas se fue. 

- hoy no fuiste a la escuela - esta vez fue su papi Bambam quien hablo - ¿te sientes bien hijo? - 

El joven se limito a asentir sin ganas.

- bueno... -  su papi lo miro en desacuerdo y continuo con lo suyo, dejando que los pensamientos del día anterior tomaran la cabeza del jovenzuelo.

Ese día no pudo tomar el desayuno y termino por volver a su habitación para olvidar todo con ayuda de su cama.

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CAPITULO VEINTITRÉS PUBLICADO.

ESPERO LES HAYA GUSTADO.

NOS LEEMOS.