25

1.7K 228 133
                                    

Ya llevaban varias noches donde solo eran besos y pequeñas caricias. Seokjin estaba haciendo un esfuerzo enorme por contenerse.

Taehyung miraba hacia el techo alucinado por los besos tiernos y apasionados que le daba su esposo en su cuello. Todo su cuerpo se estremecía en cada beso y lamida que el mayor le daba. Sentía como su pequeño cuerpo se perdía debajo del grande y fuerte de Jin, quien busco acomodarse mejor abriendo lentamente las piernas de Tae con una de las suyas. Ya en medio de sus piernas Tae percibió algo que le pareció extraño. Se preguntaba que era ese bulto en medio de sus piernas. Busco quitarlo con su mano, pensando que era un objeto, pero todo lo que obtuvo fue un gemido ronco de Jin.

–¿Jin?

–si mi amor.

–¿Qué es eso que me está tallando?

–que te esta...

Jin trata de entender a qué se refiere el menor y se da cuenta que se refiere a su pene. Ahora se preguntaba cómo le explicaba aquello.

–solo soy yo.

–no es cierto, déjame ver.

–¿estás seguro que quieres ver?

–si.

–bien, pero para eso tendré que desnudarme. Estas conforme con ello.

Taehyung se sonroja un poco, pero como tiene mucha curiosidad asiente tímidamente.

Jin se quita su camisa y Tae mira con asombro los grandes pectorales y anchos hombros de su esposo. Se queda embelesado repasando la desnuda piel y se acerca lentamente para tocar el pecho con su mano. Jin lo observa con deleite como el menor explora su piel con sus suaves manos que queman su piel al contacto. Luego de recorrer por varios minutos su pecho, hombros y vientre con su mano y mirada, esta última la dirige hacia el pantalón.

Jin entiende lo que desea su hermoso esposo y se quita la prenda quedando en ropa interior. Tae abre sus ojos como platos al ver el gran bulto.

–¿Qué te paso? ¿por...porque te creció eso?

Jin no podía creer que sus padres nunca le hubieran enseñado educación sexual al menor o al menos sus tutores.

–mi amor, tú también tienes uno como estos. ¿Acaso cuando te bañas no te lo has visto?

–aaaaah, mi cosita.

–si, se llama pene.

–pero a mí nunca se me ha puesto así. ¿a ti porque se te hincho?

Jin estaba totalmente rojo y de todos los colores. Esto era más incomodo de lo que pensaba. Tanto, que su erección comenzaba a menguar.

–mira, ya se te está deshinchando.

pues como no. –pensaba Seokjin.

–¿me dejas verla?

Jin abrió sus ojos en asombro.

–no creo que sea buena idea. Tal vez te asustes.

–¿y porque?

–si lo hago tal vez actué de la forma en que te da miedo.

–quiero ver. –hacia pucheros Taehyung.

–pensé que tenías miedo. – alzaba una ceja Jin.

Tae se acerca y pone su mano en el pene de Jin haciéndole gemir en seguida.

–¿te duele?

Jin cierra sus ojos porque Tae está amasando el lugar.

Tae retira la mano abriendo su boca en asombro.

–ha vuelto a crecer.

Jin no lo soporta más y se lanza sobre el menor y comienza a besarlo en el cuello.

Al caer una de las piernas del menor queda doblada quedando la piel expuesta por la abertura del camisón. La mano de Jin viaja por la delicada piel de la pierna expuesta mientras ataca su cuello.

–Eres un travieso. Dijimos que solo besitos.

–te deseo mi amor. Quiero hacerte mío.

–pero ya soy tuyo Jinnie.

–quiero besar cada rincón de tu piel Tae. ¿me dejas quitarte la ropa?

–no! solo besitos.

–Tae quiero verte.

–no, solo besitos.

–por favor amor. Eres tan hermoso. ¿sabes porque se pone grande mi pene? Es por lo mucho que te deseo.

–así que esa es la señal de que quieres hacer cosas traviesas.

Jin ríe ante la ocurrencia de Tae.

–uhjmm. ¿me dejas entonces?

–Jinnie, solo besitos ¿si?

Jin suspira derrotado.

–esta bien amor.

Jin vuelve a la boca del menor empezando con besos cortos y pausados, notando que a Tae le gustan así porque los corresponde muy bien. Sabe que no es fácil pero si sigue su ritmo y le enseña, aunque lento lograra su objetivo. Se quedan besándose por más de una hora, disfrutando del constante roce suave, caliente y mojado de sus labios.

Cuando Jin sostiene su mano en su muslo desnudo e introduce su lengua Tae siente un remolino de calor en su interior. Trata de resistirlo, pero la grande lengua del mayor que invade su boca le hace sentir devorado. Además que Jin sin darse cuenta se restriega contra la entrepierna del menor haciendo falsas embestidas. Tae trata de zafarse pero el agarre y las embestidas con la lengua del mayor son firmes, lo que se lo impide. Cada vez se siente más abrumado, sabe que lo desea pero tiene miedo.

Tae palmea los hombros de Jin logrando que se retire.

–lo siento bebe. Contigo me es difícil contenerme.

–dijimos que solo besitos. Además tu cosita ya está como una cosota. Mejor abrazo al señor oso.

Tae se lanza sobre el oso cerrando sus ojos simulando dormir haciendo pucheros. Seokjin solo sonríe y se acerca para besar su cabeza.

–descansa mi amor. Te quiero.

Jin siente su entrepierna doler y va hacia el baño para una vez más desahogarse con su mano. Le parece irónico que nunca antes se había sentido dominado por sus instintos. Recordaba como muchas omegas se le habían ofrecido, incluso algunas se habían atrevido a mandarle fotos desnudas para buscar una reacción de su parte. Otras pocas se habían desnudado frente a él para querer romper la leyenda del inmutable Kim Seokjin, pero él no había sentido nada. Es como si hubiera visto una estatua de mármol o una pared. Y lo irónico para Seokjin era que la persona que lograba aflorar sus deseos primitivos más profundos se la ponía difícil.

Seokjin se sentía como un pervertido por todos los pensamientos y deseos que tenía con el menor, ya que se soñaba constantemente con enterrarse y follarse duro a Tae. Mientras imaginaba eso masajeaba fuertemente con su mano su miembro a punto de explotar. Fantaseando a un Tae dispuesto y jadeante se derrama en su mano y en parte de la taza del baño. Con gemidos roncos termina exhausto sintiéndose algo avergonzado de fantasear de esa manera, pero por el momento no ve otra forma de desahogarse.

Cuando vuelve a la cama se queda embelesado con la imagen de su bello esposo aferrado tiernamente a su oso, con una esbelta pierna al descubierto que está por encima del oso y la boquita entreabierta.

Jin se queda por una hora contemplándole, recorriendo centímetro a centímetro de su cuerpo con su mirada, acariciando suavemente su cabello, su rostro y parte de su piel expuesta en sus brazos y piernas. Finalmente lo besa cuidadosa y dulcemente en la comisura de sus labios, se arropa junto a él y lo abraza en cucharita.

DULCE INOCENCIA JINTAE ~ OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora