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Por fin llegaron a casa, Tae estaba con su bebé en brazos y se dirigió a la habitación donde estaba su nido. Al abrir la puerta, Tae vio el cuarto totalmente arreglado y su nido desaparecido. Sintió que la sangre se le helaba y le bajaba a los pies y después de unos segundos le empezaba a hervir. Con lágrimas en los ojos e impotencia le pregunta a Jin:

– ¿y mi nido? ¿Dónde está?

Jin palideció y de inmediato llamó a EunJee.

–¿Por qué dañaste el nido de Tae? Sabes que no debías entrar aquí.

–lo siento señor, yo pensé...

–no pensaste! ¿Cómo se te ocurrió hacerme esto?

Ella me odia Jinnie.

–no es cierto.

–claro que sí.

Tae empezaba a llorar.

–bebé no llores, te ayudare a hacer uno en nuestra habitación.

–no la quiero Jinnie. Ella lo hizo a propósito.

–vete EunJee, después hablare contigo. Ven mi amor. Haremos uno mejor entre los dos.

Cuando Jin fue a buscar su ropa la mayoría estaba lavada y precisamente ese día. Salió enojado en busca de la joven omega.

–EunJee ¿Dónde está mi ropa?

–señor la lave para que esté limpia. Ya era hora, tanto tiempo así se arruinaría.

–mira EunJee, no debiste tomarte esas atribuciones. Te prohíbo que vuelvas a entrar a nuestra habitación. ¿Cómo se te ocurre dejarme sin una prenda.

–pero ya estará seca para mañana.

–las necesito ya! No quiero que vuelvas a hacer algo así. Óyeme bien, si Tae me vuelve a poner una queja de ti, lo siento mucho pero te tendrás que ir.

EunJee apretó su ropa sintiéndose frustrada pero asintió para no enojar más a Jin.

–Namjoon, estoy en problemas. No tengo ropa y necesito comprar nueva e impregnarla de mi olor. ¿Podrías comprar mucha y traérmela? Esta es mi talla.

–si señor. Regreso lo más pronto. Por ahora intente con las sabanas.

–si tienes razón, gracias.

–bebé ya estoy aquí.

Cuando Jin se fijó, su corazón se derritió al ver a Tae alimentando con su pecho al bebé. Lo que más amaba estaba frente a sus ojos de la forma más hermosa y tierna posible.

Se acercó gateando sobre la cama. Beso a Tae en los labios.

–lo siento mucho mi amor.

–no es tu culpa Jinnie. Es esa bruja.

–Tae no te expreses así. Tú no eres así.

–pero ella es una bruja Jin. Ella está enamorada de ti y por eso me hace estas cosas.

–no creo que sea cierto. Ya le advertí que no se atreva a hacer algo o sino me veré en la necesidad de que se vaya.

–debería irse ya.

Jin guardo silencio y comenzó a acariciar al bebé con su pulgar mientras lo observaba vehemente. Ambos padres miraban enamorados a su bebé.

–es tan hermoso como tú. Te amo tanto Tae.

Tae acaricia el rostro de Jin y se inclina para besarlo. Jin profundiza el beso e introduce su lengua. Tae gime en su boca y comienza a derretirse ante la sensación de la lengua de su esposo jugando lenta y tortuosamente con la suya.

DULCE INOCENCIA JINTAE ~ OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora