41

1.8K 196 60
                                    

Jin tiene a Tae en su regazo dándole besos dulces en sus labios, deleitándose chupando repetidamente sus labios.

–ponte el camisón que te compre. –susurro Jin en sus labios con voz ronca y llena de deseo.

–pero es muy cortito Jinnie. Me da pena. Ya me lo medí.

–se te debe ver hermoso. Quiero verte. Quiero ver lo que es mío bebé.

–travieso, te quiero.

Tae da un rápido y pequeño beso en los labios de Jin. Se baja de su regazo y va hacia su armario para buscar el camisón que su esposo le compró hace poco para darle gusto y ponérselo.

Se mira al espejo avergonzado. Es muy corto dejando a la vista sus largas y esbeltas piernas, es algo transparente dejando a la vista la ropa interior. Cuenta con algunos detalles bordados en sus mangas y cuello. Además con un lazo que define su cintura y uno finamente bordado que coloca en su pierna.

Cuando decide salir, lo hace tímidamente tratando de tapar lo que el camisón no puede.

–eres hermoso mi amor, ven acá déjame verte bien.

Jin podía apreciar las delicadas y finas piernas de Tae. No quitaba su mirada de ellas. En su afán de no ser visto por lo avergonzado que estaba, Tae se volteaba dejando a la vista de Jin su hermoso trasero.

–ya me estás haciendo dar penita.

–quédate así mi amor. ¿podrías hacerte un poco más de lado?

–¿Por qué? ¿Qué estás viendo?

Tae lo mira de reojo y se da cuenta.

–ay no, estas mirando mi colita.

–ya no es tuya es totalmente mía.

– ¿Por qué te gusta verme así? Esto es muy vergonzoso.

–porque te ves muy hermoso. ¿no quieres complacerme?

–si, claro que si.

–entonces, déjame verte.

Jin se queda mirando a Tae por varios minutos, quien está totalmente sonrojado con sus mejillas ardiendo. La mirada tan intensa de Jin lo ha llevado a empapar su entrada ante la excitación de ser deseado.

–záfate el cinto que ata tu cintura pero no te quites el camisón. Solo déjalo un poco entre abierto.

En el pantalón de Jin ya se denotaba un gran bulto. Podía apreciar con claridad la piel dorada del pecho de Tae y su pequeño ombligo.

Tae al ver el bulto siente más excitación deseando frotarse contra él.

–Jin, estoy mojadito y tu cosa ya se puso grandota.

–ven acá bebé.

Tae se sube a horcajadas. Jin lo toma por las nalgas, lo amasa y lo aprisiona contra su polla. Tae gime y comienza a frotarse desesperado. Su miembro se roza con el de Jin haciendo que la fricción desencadene una ola de placer por todo su cuerpo.

Jin mueve a Tae hacia la cama, dejándole recostado en ella. Toma sus tobillos y comienza a besar uno de sus pies totalmente en devoción mirándole a los ojos por momentos y por otros cerrándolos totalmente entregado. Va bajando a través de la suave piel acariciando sus piernas en repetidas ocasiones. Pasa su lengua lenta y tortuosamente por sus muslos haciéndole gemir y retorcerse.

Jin abre un poco el camisón y se muerde el labio ante la visión tan exquisita que tiene en frente.

–¿te había dicho que estaba loco por ti?

DULCE INOCENCIA JINTAE ~ OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora