Stability

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Seis años después

Un nuevo día amanece y con él despierta toda Alexandria. Los pájaros empiezan a cantar y ya se puede escuchar el griterío de los niños jugando al lado de la fuente.

Doy un bostezo y miro el perfil del hombre que tengo al lado, quién todavía duerme. Con mi cabeza apoyada en su pecho, empiezo a dibujar el contorno de sus marcados abdominales con mi dedo índice.

Un gemido somnoliento sale desde lo profundo de su garganta y empieza a abrir los ojos.

—¿Tan temprano y ya tienes ganas de jugar? —lleva su mano a mi mejilla y la acaricia suavemente.

—Siempre tengo ganas de jugar contigo, Zach. —le guiño un ojo y de sorpresa meto una mano dentro de sus pantalones.

—Wow. —su respiración empieza a entrecortarse. —No me esperaba eso, amor. —sonríe satisfecho.

Pero como bien ha dicho, me gusta mucho jugar.

—Lo sé. —beso apasionadamente sus labios y retiro la mano de su erección. —Qué mal que haya demasiadas cosas que hacer hoy. —hago un puchero y él me mira desesperado.

—¿Qué? ¿Me vas a dejar así? —yo me levanto de la cama y cojo ropa para ir a darme una ducha.

—Claro que no. Ya sabes que lo que empiezo lo acabo. Sólo que no sé cuando. —le dirijo una última sonrisa pícara y me meto en el baño.

A veces miro atrás y no me reconozco. He pasado por tanto desde que esta mierda comenzó... Terminus, los Lobos, una enorme horda, los Salvadores, el puente... Parece que el mundo no ha querido darnos ni un respiro, al menos no hasta un poco después de la muerte de Rick.

Aquel suceso dio a nuestras vidas un giro de 180 grados. Las comunidades empezaron a distanciarse, lo que se vio agraviado por la falta de gasolina. Ahora sólo utilizamos caballos para desplazarnos de un lugar a otro, por tanto los trayectos se han hecho más largos.

Lo bueno es que Eugene montó una radio bastante potente que permite comunicarnos con cualquiera a 150 kilómetros a la redonda.

También se formó un consejo, del que formamos parte Michonne, que al mismo tiempo es la líder de Alexandria, Gabriel, Laura, Kyle, Nora, Siddiq, Aaron y yo. Allí debatimos cualquier asunto crucial que concierna a Alexandria y su seguridad.

La verdad es que ocupo una posición de gran influencia gracias a Zach. Si no hubiese sido por él, estaría perdida. Me hizo sentir segura de mí misma, importante y valiente. Según él, eso ya estaba ahí, sólo que necesitaba un poco de ayuda para comprenderlo.

Ha sido un pilar tan fundamental en mi vida durante estos seis años que no sabría ni explicarlo. Cuando Daryl dejó de venir, él estuvo ahí para mí, incluso cuando le rechazaba y casi me ahogaba al llorar.

Al principio, Daryl venía cada dos o tres semanas a por recursos que necesitaba. Nuestra relación se volvió fría, tan solo compartíamos algunas palabras y ya ni nos tocábamos. La muerte de Rick y su obsesión por buscar su cuerpo caló tan dentro de su alma que se me hizo imposible intentar salvarlo.

Tras demasiado sufrimiento, me di cuenta de que no era mi papel salvarle de su oscuridad, sino que tendría que salir de ahí él solo. Pero claro, antes de llegar a saberlo pasé un año y medio de mierda.

Todas y cada una de las noches me preguntaba si yo era suficiente. Si nuestro amor no era lo suficientemente fuerte para superar este nuevo obstáculo de nuestras vidas. Claramente no lo fue. Lloraba y lloraba hasta quedarme dormida y a veces me despertaban pesadillas. ¿Acaso eso era el amor?

Silence the Whispers | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora