Tras aquel ínfimo e insuficiente contacto de nuestros labios, fuimos a hablar con Carol, Michonne y los guardias para buscar un sitio donde pasar la noche.
Estábamos demasiado cansados después de dos días sin dormir. El camino de vuelta a Alexandria sería una odisea si no parábamos a descansar.
Al llegar a un pequeño pueblo, encontramos una especie de guardería. Las paredes están decoradas con dibujos infantiles de todo tipo y en algunas habitaciones hay juguetes para todas las edades.
Inevitablemente, se me viene Nicole a la mente. Recuerdo aquellos días donde todavía era una niña pequeña y ni mi madre, ni Paul, ni yo podíamos cuidarla por las mañanas, por lo tanto, teníamos que llevarla a sitios como este.
Mi dedo índice recorre estanterías y muebles, llevándose consigo una gran cantidad de polvo.
Hasta que mi mano topa con una foto enmarcada en un cuadro.
Parpadeo varias veces para asumir lo que estoy viendo.
Mi cara junto a la de Zach. Una de las fotos que destrocé en aquel ataque de rabia.
¿Qué hace esto aquí?
Una lágrima impacta contra el cristal, el cual se rompe en mil pedazos al caer al suelo cuando los gruñidos de un caminante me sobresaltan por detrás.
Me doy la vuelta justo cuando está apunto de arañarme.
Con todas mis fuerzas, sostengo sus brazos en el aire, lo que me impide alcanzar el cuchillo de mi cinturón.
En un intento por librarme de él, atesto una patada en su rodilla. Esta se parte completamente y el caminante cae al suelo.
Antes de poder incrustarle mi cuchillo en el cerebro, una flecha se me adelanta.
—¿Estás bien? —me pregunta Daryl preocupado.
—Sí, es que la foto... —llevo mi mirada a la imagen del suelo, pero esta vez no estamos Zach y yo, sino una mujer y un niño. Frunzo el ceño. —Nada.
Él me mira sin entender mucho lo que acaba de pasar. Sin embargo, no dice nada.
—He encontrado un sitio donde podemos dormir. —con un gesto me indica que le siga. —Si no te importa dormir conmigo. —yo niego con la cabeza.
—¿Y Michonne y los demás? —pregunto cuando entramos en una habitación.
—Se han acomodado en el cuarto de al lado. —asiento. —He encontrado algunas mantas. Creo que serán suficientes.
Le ayudo a extender algunas por el suelo, de forma que no tengamos que dormir en las frías baldosas.
Tras eso, se sienta y da toquecitos en sus piernas indicándome que me tumbe sobre ellas.
Siento un cosquilleo en el estómago, pero sin pensármelo dos veces, le hago caso. Él me tapa con otra manta y empieza a acariciar mi pelo suavemente.
—Mi padre era camionero. —su voz ronca hace que mi cabeza vibre en sus piernas. —Un día, en la carretera, encontró a una mujer en el arcén. Lo que no esperaba es que ella se tirase contra su camión.
—Dios. —eso debió de ser duro.
Mantengo mi mirada en un punto fijo, escuchando atentamente su historia.
—Llamó a la policía y a los servicios de emergencia y se bajó del camión para ayudarla. Se encontró con la sorpresa de que no estaba. Miró por todos lados y nada. —hace una pausa para colocar un mechón de mi pelo dentrás de mi oreja y continúa. —Esto les suele pasar a los camioneros cuando llevan mucho tiempo sin dormir, empiezan a ver cosas que realmente no están ahí.
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Silence the Whispers | Daryl Dixon
FanfictionTras la muerte de Rick, Bella rehace su vida como puede en el nuevo mundo en el que le ha tocado vivir. Lo que no espera son los duros golpes que el destino le tiene preparados. ¿Será capaz de sobrevivir a ellos? -Estoy rota. -digo ahogada en lágrim...