Tu Me Quemas

Disfrutar y Padecer

Ellen

Massimo llegó para cenar, evitaba mirarlo a los ojos por que sentía que iba a desmoronarme,tenía miedo de mis propios impulsos..su presencia,su aroma,su voz..todo me volvía loca.

El en cambio,no parecía el mismo de esta mañana y estaba bastante frío conmigo.

Terminando de cenar me había recluido en mi dormitorio llena de dudas¿Lo habría imaginado todo?¿Mi mente me había engañado haciéndome creer que pasaría algo más entre nosotros?.

Me senté en la cama confusa ,no sabía qué hacer... me mire al espejo,entre decepcionada y ansiosa,me había puesto un vestido amarillo de tirantes anudados en los ombros¿Mi atuendo me haría parecer demasiado joven?¿Sería por eso que Massimo estaría tan frío?la duda no me duro demasiado,por qué de pronto la puerta de mi cuarto se abrió.

Massimo entro sin llamar,le echo llave a la puerta y se aproximo a mi despacio.

-¿Pensabas que no vendrías?

- No...bueno si,estabas distante está noche conmigo.

Massimo paso el dorso de su mano por mi mejilla.

- Necesitaba hacerlo,ya sabes qué pasa cuando te miro.

- A mi me pasa igual.

-¿Y que se supone que vamos a hacer con esto, Ellen?

- Podemos disfrutarlo o podemos padecerlo.

- Lo padeceremos y disfrutaremos por igual,mi amor...

Fue lo último que me dijo antes de besarme.
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Massimo

Desnuda sobre la cama,era como si mi fantasía masturbatoria preferida se estaba haciendo real.

La recorrí entera con la mirada, deleitandome , disfrutando el movimiento de sus pechos ante cada respiración profunda.

Todavía estaba vestido por completo,puse una rodilla en la cama y le ordené:

- Abre las piernas.
Cuando ella lo hizo me acerque,la visión de su entre pierna desnuda fue casi fulminante,recordé la ocasión en la que había eyaculado sin metérsela siquiera.

No podía esperar..ni siquiera considere sacarme la ropa mientras que con una mano me desabrochaba la cremallera del pantalón y con la otra la masturbaba,me puse un condón y mientras lo hacía le dije:

- Lo siento,esto será rápido.

Intenté hacerlo despacio,pero Ellen me apremió con un decidido movimiento de cadera,así que me deslize hasta el fondo.

Y ese solo fue el principio de una larga noche en la que hicimos de todo,en la cama,en la bañera,follamos como si el mundo fuese a terminar al día siguiente,nos amamos con el cuerpo y también con las palabras.

De madrugada,poco antes de que amaneciera desperté.
Ellen dormía con una placidez que me hizo sonreír,con sus largas pestañas,los labios entre abiertos y el cabello revuelto.

<<Qué belleza,por dios...qué belleza>>me dije a mi mismo admirado por lo que veía.

Contuve la respiración, asombrado por el efecto que producía el solo hecho de mirarla.
Y de pronto ella despertó.

-¿Qué haces ahí?- me preguntó somnolienta.

- Te miro y pienso...
Ellen me tendió los brazos.

- Ven.
Me acurruque junto a ella y la mire a los ojos.

-¿En qué piensas?

- Me siento mal,pero también me siento demasiado bien,y eso me asusta - dije suspirando - Ellen hay algo que tengo que pedirte.

- Dime.

- Por ahora esto debe permanecer entre nosotros...no solo por Cris,si no también por Luz..son muchos cambios para ella.

- ¿Tienes miedo de que no funcione verdad?

- Si,tengo miedo y por eso necesito preservar lo nuestro en la intimidad,al menos hasta que pueda vencer ese temor.

Nunca había Sido tan y sincero con alguien.

- Lo mantendremos en secreto entonces,hasta que pueda convencerte de que te amo.

-¿Lo haces?

- Te lo he dicho muchas veces,y se que tú también me amas Massimo.

- ¿Cómo lo sabes?

- Lo siento en mi corazón.

Y Ellen tenía razón,la amaba jodidamente por más que me negara a aceptarlo.

Ya no quiero estar solo,y jamás volveré a amar a alguien,ella es mi otra mitad,es mi pecado definitivo y me condenare felizmente por ella.