Tu Me Quemas

Tiempo

Ellen

El mes que no había visto a Massimo fue francamente triste para mí.
Sí lo echaba de menos,y cuando ya me había resignado a no saber más de el,me llegó un mensaje.

"Te echo de menos como jamás imaginé..te amo de una forma perturbadora,y agradezco mucho que me hayas hecho ver el camino hacia Cristopher,era solo un camino que podíamos recorrerlo el y yo,y en eso estamos,quiero decirte que vamos bien,estamos conectando,lo estamos haciendo por fin.
Así que todo está bien,menos yo,ese <yo> que solo tú conoces,el hombre que se muere por tus besos,que te quiere tanto que es capaz de poner hasta distancia sí eso te hace bien,aún que esa distancia me este haciendo pedazos.
No temas,no espero respuesta,y tampoco volveré a insistir..pero te confieso que la esperanza aún sigue ahí...La esperanza de ser algún día,el hombre que mereces"
(M)

Fue la única vez que se contacto conmigo,no volvió a mandarme ningún mensaje,aún que si llamo a Luz varias veces,ella lo echaba mucho de menos y preguntaba por el cada día.
Una vez dijo que sentía que había perdido a su papá dos veces: una cuando se fue al cielo y otra cuando su tío Massimo se había marchado.
Eso me rompió el corazón,me sentí culpable por haber Sido en parte responsable de ese dolor,y así fue pasando el tiempo pero nada cambio.
Seguía echándolo desesperadamente de menos,seguía deseándolo de una forma enfermiza,seguía recordando cada palabra,cada gesto,cada detalle...

Conseguí un trabajo como psicóloga en el colegio de Luz, y ocupó mis días por completo.Pero las noches...las noches eran de Massimo y los recuerdos.
Cerraba mís ojos imaginando que lo hacía entre los brazos de el,y los abría cada mañana de la misma forma,era tan vivida la fantasía que hasta sentía su barba raspando mi mejilla.

Y el deseo me quemaba viva,tenía ganas,tenía hambre de Massimo Lauden y por eso ni siquiera intenté conocer a otra persona,me lo había propuesto al principio, pero de inmediato supe que no podría.
Ya habían transcurrido seis meses de su partida,y no pasaba un segundo sin pensar en el,en cada tacto en mi piel..cada beso..cada caricia..cada susurro en mi cuello.

Había perdido a Massimo Lauden..