Hyukjae
Donghae miraba asombrado, el interior del vehículo de heechul. En cuanto le había llamado para pedirle de favor que me prestará su auto se había negado, pero cuando le dije que llevaría a busán a donghae, este había aceptado inmediatamente. Al parecer Heechul tenía una preferencia con donghae, que conmigo.
—¿Que es esto señor hyukjae?.—Señalo el aire acondicionado.
—Ss el aire acondicionado, sirve para nivelar el clima dentro del auto. Mira.—En cuanto me detuve cerca de la caseta, me acerque a mover el botón del aire para hacer el ambiente más fresco.
Chillo cuando sintió el aire fresco golpear su cuerpo, pero después se relajo cuando le expliqué. Venía mirando el paisaje por la ventana, con una mirada tan tierna como curiosa. Al llegar nuestro turno para pagar la caseta, miró con demasiada curiosidad como la chica recibía mi dinero, y después se abría el paso para poder avanzando.
—¿El dinero hace que esa palanca pueda levantarse?.—rebusco en su mochila unas monedas antes de aventarlas a la palanca.
La chica al igual que yo lo miramos sorprendido, donghae hizo un puchero al notar que no se levantaba. Me disculpé con la chica con una mirada por la manera que donghae se había comportado, pero era normal, sabiendo que el era un Rey Consorte de 1880.
—Eso es un fraude.—Lloriqueó.
Seguí manejando por la carretera camino a la casa donde me había criado, quería presentarles a mis papás a donghae, aunque no éramos nada más que amigos, me hacía mucha ilusión presentarles a una persona que era por mucho, muy importante para mí. Sora se volvería loca cuando conociera a donghae, seguro lo amaría, estaba más que seguro.
—¡Eso son vacas!.
—Estamos en las afueras de Seúl, hae. Hay campo.
—Quiero abrazar y ordeñar una vaca. En el palacio los trabajadores no me dejan hacer nada, dicen que podría hacerme daño o que ellos lo harán por mi, ¡Me siento un inservible!.
Apachurre su mejilla con mucho cariño, me causaba gracia y ternura mirar como ese chico que se suponía era Soberano Consorte de toda una nación, se estaba comportando como un niño caprichoso. ¿Se comportaría así también con su esposo o solo conmigo? Me hacía sentir especial y orgulloso pensar que yo era el único con quién se mostraba en esa forma.
_En la casa de mis padres hay animales para criar, seguro te dejan ordeñar una vaca.
—¿Enserio?.—su rabieta cambio por unos ojitos ilusionados y una sonrisa tierna.
Mi cuerpo tembló ante esa vista, quería detener el auto y lanzarme a él como una fiera. Respiré unos segundos antes de cometer una estupidez que podría causar que donghae se alejara para siempre de mi, o aún peor, decidiera irse a su tiempo y jamás volver, el simple pensamiento de ello me causaba una tristeza enorme, al mismo tiempo que las lágrimas se agrupaban en mis ojos.
Fui a cargar gasolina aún con los ojos llorosos, el sentimiento de perdida y desesperación seguía presente. Demonios, si así estaba con tan solo pensar en el irse, ¿Cómo estaría cuando el decidiera irse definitivamente para no volver? ¿Iría a buscarlo? ¿Sería capaz de poder cruzar el espejo?.
—¿Está bien señor hyukjae?.—se quitó el cinturón de seguridad para acercarte hasta mi. Se sentó sobre mi regazo, hasta mirarme con aquellos ojos curiosos.—¿Es por qué extrañas a choco? Yo también lloró cuando la extraño a ella o a ti, hyukjae.
No me importó estar en una gasolinera, ni siquiera que debería haberme movido desde hace unos minutos, yo solo me abrace a su delgado cuerpo. Donghae brinco al sentirse apresado entre mis brazos, pero después de unos segundos se dejó mimar y correspondió mi abrazo
—Solo pensé en cosas tristes.
—Tambien llegó a pensar en cosas tristes, pero después pienso en choco, y en usted señor hyukjae, y vuelvo a sonreír otra vez.-—Con sus pequeñas manos apretando mis mejillas, me miró.—Piense en mi con choco, para que sonría otra vez.
Me llegó a mí, una imagen de donghae con choco en sus piernas, y conmigo abrazado a su espalda. Por inercia sonreí, hasta mostrar mis encías.
—¡Se ve mucho mejor cuando sonríe!.
Beso mi mejilla antes de bajarse de mi regazo, sentí la perdida de su calor como un golpe al estómago. Toque mi mejilla la cuál se calentaba a cada segundo, para después mirar a donghae quien miraba a la ventana un poco sonrojado. Decidí no darle vueltas para comenzar a manejar nuevamente, ahora con ambos en silencio tratando de no mirarnos mucho.
—¿Cuánto falta para llegar, señor hyukjae?.
—De Seúl a busán son 2 horas y tres cuartos, nosotros llevamos casi dos horas, hae.
—Falta casi cuarentena y cinco minutos.
No dijo nada más antes de regresar su atención a la carretera. Se notaba nervioso, pues tocaba con insistencia su anillo de matrimonio en su dedo, al igual que novia mucho la pierna. Tenía la barbilla recargada en la ventana, con el sol dándole directamente.
—¿No te incómoda el sol en tu rostro?.
—En el palacio, mi señor siwon no me deja salir a menudo. Así que cada que puedo paso el mayor tiempo posible bajo el sol.
—¿Que es lo que haces como Rey consorte? ¿Cuál es tu trabajo?.
—Apoyar y aconsejar a mi esposo, además de darle al reino una imagen joven y bella. Mi deber es mantener al pueblo a raya, sin que esté decida una rebelión o algo parecido, solo si llegara a desaparecer, huir y morir, el pueblo decidiría independizarse, por eso mi señor siwon no me deja salir a menudo del palacio, teme por mi seguridad.
—Eso es cruel, ¿No?. Vives en un palacio con todos los lujos, y excentricidades que desees, pero no puedes ser libre, es como si fuera una jaula de oro.
Donghae me miró unos segundos en los cuales se mordía el labio, al acabar de hablarle su mirada había decaído. Parecía pensar en una respuesta o pretexto que pudiera servirle.
—M-mi señor lo hace para protegerme de las personas que quieran dañarme.
—Pero, ¿Manteniéndote cautivo?. Existen otras maneras para protegerte.
—Yo...
No agrego nada más, solo se resigno a quedarse en silencio y agachar la mirada, al mirarse en un callejón sin salida. Seguramente había aceptado que tenía razón y por eso había decidido no pelear más.
Me dolía saber que donghae estaba atrapado en una jaula de oro, donde podía hacer, mandar o pedir lo que quisiera a cambio de no poder salir de esta. Por eso, se veía tan feliz cuando lo sacaba de mi casa, y se había visto aún más feliz cuando le dije que iríamos a ver a mis padres al otro lado de Seúl, podía estar afuera el suficiente tiempo como para obtener nuevas experiencias. A partir de ahora lo sacaría a conocer, cada que pudiera.
El viaje seguiría en silencio, seguro hasta llegar a la casa de mis padres, pero por ahora no trataría de entablar una conversación con él. Le dejaría que asimilara toda nuestra conversación y aceptará que era un cautivo. Solo así podríamos dar paso a la siguiente conversación, una donde le hiciera saber y ver qué el era libre.
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Al otro lado de la Puerta [Eunhae]
Hayran Kurgu-¿En qué año dijiste que estamos?. -¿2020?. Donghae literalmente gritó. Se le veía asustado y nervioso. Usaba un acentó notable, que provocaba que mis nervios aumentarán, no entendía que pasaba o quién era él, lo único que sabía era que lo había vis...