Dos años

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Existen ángles que no llevan alas colgando en la espalda sino llevan un gran espíritu de alegría a cualquiera lugar donde vayan, en tu caso siempre llevabas una camisa de rayas y un sombrero.
Las despedidas nunca son dulces. Cuando alguien se aleja de nuestro lado sentimos una sensación de nostalgia y tristeza difícil de explicar,  y aun más cuando estas despedidas son para siempre, la superación se hace mucho más dura.  Siempre he tenido claro que este día podía llegar, supongo que como todo el mundo que sabe que la vida, al final, es un ciclo. Pero una cosa quizás sea saberlo y otra muy distinta vivirlo.
Pero qué te voy a contar si sé que desde ahí arriba lo ves todo. Sabrás también que aquí no hay día o semana que no te recordemos y te llevemos en nuestros corazones. Todos aunque a veces nos cueste reconocerlo en voz alta. A mí me cuesta reconocer también que me quedaron muchas cosas que hacer contigo, muchas visitas, muchas meriendas, muchas anécdotas que contarte. Nadie habla de lo difícil que es saber que no vas a estar más o que no voy a tener más oportunidad de hacer todos esos planes que acechan por mi mente contigo.

Aun así, sé que el tiempo, las anécdotas, las reuniones familiares, las risas, los abrazos y las tardes que pasamos juntos van a estar ahí para siempre, para recordarme lo que es querer de verdad.  Tu corazón se llena de sentimientos, recuerdos, deseos, lloros, gritos, quejas... Has tenido miles de llamadas, mensajes, palabras de aliento que intentan suplir tu dolor; pero el vacío es grande, demasiado grande para no poder entender lo que te está pasando. Es inhumano no poder abrazarse en el dolor.

"Mariposas Bajo La Piel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora