ISABELLA
El siguiente día Dante propuso que había que hacer algo y yo le lleve a lo único que no haría en toda su vida.
-no todo menos eso.
-vamos te divertirás.
-ni loco, me duele solo vine aquí porque necesitaba una cama blandita, no me quiero mover me tendrás que llevar arrastrado.
-¡mama Dante no quiere ir al salón de belleza conmigo! Le grite a mi madre que estaba en la cocina
-¡si no va no le dejare entrar aquí!
De insistir tanto acepto, fuimos una peluquería que hará historia en su vida.
-tiene que ser una broma. Dijo Dante.
Era una peluquería donde había una mujer corpulenta afroamericana, donde la mayoría de mujer iba por su forma peculiar de atender a las personas. Cantando.
El salón estaba lleno y tocaba esperar turno. Dante veía a la mujer cantar a todo pulmón, una canción de IL DIVO una agrupación de ópera. Su voz era genial pero si tenías la mala suerte de estar en la silla tus odios retumbaban.
-si me le dices que me haga trenzas cantare todos los días.
Dante canta horrible.
-esta vez no.
Dante le lavó, secaron, aplancharon el cabello y si lo mirarías de espaldas pensarías por un momento que es una mujer.
-¿y ahora?
-necesitamos un esmoquin
Fuimos a su casa a revisar su closet y encontramos varios y me gusto uno negro de dos botones.
-¿A dónde me llevas?
-Ya lo sabrás
Tomamos el transporte público y llegamos era el cementerio el rostro de Dante cambio una vez que se dio cuenta a dónde íbamos.
Caminamos por las tumbas Dante era muy curioso y veía sus nombres y las fechas. Cuando llegamos a la de mi padre él, se comportó como un asiático, con mucho respeto, yo me senté a hablar con mi padre y Dante solo miraba de lejos.
-el problema de la muerte es que siempre los vivos sienten más que las personas, que ya no están Pensó.
Adorne la tumba de mi padre con flores de todo tipo y cuando me despedí de el vi como Dante quería decir algo ya sea en su voz o su mente pero no sabía que decir. Caminamos a un estanque de patos.
-¿recuerdas aquel juego? Le pregunte.
-hemos jugado tantas cosas que pueda que me equivoque de juego
-el que jugamos cuando nos conocimos.
-mentirnos
-si ese.
-quieres ver mis recuerdos o me dejaras ver los tuyos.
-esta vez los míos.
Dante cerro los ojos quería ver ese día el segundo día que pasamos. Salíamos de clase y con la excusa más tonta lo obligue a que me enseñara.
-oye tú. –le dije a Dante mientras caminaba de tras de él- ¿tengo problemas con filosofía me enseñarías debes ser muy bueno para eso?
-no. Dijo apretando el paso.
-si me ayudas te llevare un libro. Se detuvo.
-¿crees que me sobornaras con un libro?
-uno gordo y pesado.
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¿y si compartimos una vida?
Romanceimagina que un día, sin que pudieras prevenirlo, compartieras todo con el amor de tu vida, tus pensamientos, tus recuerdos, tus sentimientos, tu dolor. No habrá privacidad alguna, los dos estarán atados al otro, pero la vida es clara, algo así no pu...