ISABELLA
Mi corazón estaba tan acelerado que los monitores estaban locos, me peine y le dije a mi madre que Dante vendría, ella sonrió y no dudo en traer me un abrigo.
-seguro darán un paseo, pero no salgan del hospital.
-si mama, te quiero. Dije besando su mejilla. No sé porque ella era tan alcahueta que siempre me ayudaba cuando se trataba de Dante.
-¿dónde estás?
-está nevando mucho y sabes que los cafés están lejos de mi casa.
-ya no quiero el postre te quiero a ti.
-¿quieres chocolate o vainilla?
-por lo visto hasta en tu mente tampoco no me escuchas.
-llevare los dos.
-odio lo terco que eres.
-hace frio.
-no me digas que traerás el mismo abrigo que tenías en clase.
-no.
-lo traes puesto ¿cómo pudiste salir con eso vas a ver a tu novia, no tienes ni un poco de creatividad para mí?
-si tengo mucha solo que no sé cómo en la ropa ¿a quién le importa los colores?
-a mí.
-no volveré a mi casa nada más por otro abrigo si ya tengo uno.
-Mmmm, hombres.
-mujeres.
-son tan complicados. Dijimos al mismo tiempo.
Pasaron unos minutos para que llegara espante a mi madre de la habitación. Y abrió la puerta, mi madre lo saludo y se fue.
-hola. Me saludo.
-¿sabes que he estado hablando con alguien con la misma vos que tú?
-me engañas con mi mente.
-tonto. Empecé a reírme y rio conmigo.
-¿y mi postre?
-aquí esta- dijo mostrándome una bolsa.
-no es ese.
-¿ehh?
-eres tú. Lo tome de la mano y lo tire a la cama.
-para ser una mujer que parece una muñeca, no tienes modales.
-no los necesito. Lo bese.
Al principio fue como si yo lo besara a él, pero él término besándome, amaba que besara por mucho tiempo, y que jugara con mi cabello y tocara con sus dedos mi rostro.
-hacia mucho... -suspire- necesitaba esto. Dije
Los dos estábamos acostados en la cama abrazada y con una de mis piernas en sima de las suyas.
-Sabes puede ver como recordabas cuando nos conocimos y quiero que lo veas como yo lo vi así que cierra los ojos.
Dante había seguido mis órdenes.
Lo bese.
-eso es trapa.
-no pienses y no digas nada solo ve lo que en mi mente pasa.
-ok.
-¿Qué ves?
-te veo a ti, viéndome como bañarme en un rio.
Dante estaba viendo en ese momento en que decidí que sería mi primer amor, era los últimos días de ese campamento de verano con los Scout él, se estaba bañándose con una pantaloneta negra que solo le llegaba hasta los muslos. Lo impresionante era su cuerpo, a pesar de que no lo vea mucho en clase, su cuerpo parecía la de un atleta y no, no es el cliché de toda novela. Dante hacia ejercicio pesado era una forma de liberar su estrés y de una excusa para salir de su casa, su cuerpo era bonito pero me fascino lo que hacía. Nadaba con tranquilidad por las piedras y se alejaba poco a poco del grupo hasta que se sentó en piedra y me vio y al verme no dijo nada a pesar que tuviera mi bikini, su mirada parecía vacía
-Me preguntaste ¿Cómo entender la vida? Dijo Dante con los ojos cerrados.
-yo no lo hice.
-no, pero tus ojos me lo decían.-el Dante del presente apretaba mi mano y entendí aún más porque dijo eso, ese día.
-a veces estamos solos porque, buscamos a una persona que al menos le importemos lo suficiente para que quiera comprender lo que sentimos, pero solo encontramos personas que fantasean con nosotros o con otras personas, es decir, tienen mentes ocupadas en futuros que nunca sucederán y se molestan porque no pueden ser dios y cambiar el mundo a su voluntad y se deprimen porque, nada será como ellos quieren, pero ese el problema que no le dedican un momento para conocer a esa persona comprender qué tipo de vacío tiene, porque cada persona tiene su vacío, muchos es amor, otros es afecto, o simplemente alguien con un carácter fuerte que pelea con nosotros. Y es cuando te das cuenta que estas solo, sin nadie que realmente le importe lo que a ti te importa solo siguen su instinto y solo quieren calmar ese vacío que a ellos les importar, pero a ti no. Buscas a alguien que tenga el mínimo esfuerzo en querer entenderte y te diga que es lo que puedes hacer para salir de ese aletargamiento que estas.
Tenía razón ese discurso era el que necesitaba para entender porque, las personas que estaban a mi lado no era lo suficiente importantes como para afectar mi corazón y él si supo hacerlo porque era alguien realmente diferente a todos los que había conocido.
-¿Por qué dices eso?
-porque necesitabas que alguien te lo dijera.
Solo me quede mirándolo.
-no eres humana para ellos, no saben cómo te sientes porque, no te ven como alguien que no puede sentir dolor. Dijo
-lo notaste.
-sí, te sientes sola porque nadie sabe que te duele.
-mi padre murió... y lo extraño.
-todos extrañamos un pasado, que daríamos nuestra vida para vivirlo eternamente, pero solo nos queda vivir una vida sin esa persona con los recuerdos que se repiten una y otra vez mientras la vida sigue, sin nada nuevo con esa persona.
Las lágrimas empezaron a salir.
-¿Por qué el mundo es injusto?
-lo es y es por ello que debes vivir cada instante como un acontecimiento irrepetible porque tarde o temprano no tendrás nada.
Cruce el rio y subí la pierda para poderlo abrazar, para él era incomodo los abrazos tanto que le parecía extraño sentir otro cuerpo que no es el del él, lloraba porque necesitaba hacerlo todos se comportaban como idiotas cuando lloraban querían que olvidara mi dolor, como si no hubiese vivido hermosos momentos con mi padre, y yo no quería olvidar, quería que alguien me dejara llorar y que me digiera que cada momento a su lado fue lo más hermoso que pase en mi vida, es esa la razón por la que odio a todos, quisiera alejarme de todos porque, no me dicen lo importante que era para mí. Dante fue la excepción fue él que me hizo humana. Y es por eso, que quería estar con alguien que entendiera la importancia que soy.
-¿paso así? pregunto
-sí que tienes una memoria de pollo. Lo que dijiste se cumplió todo este tiempo te he sentido como parte de mí, como un humano, un mortal que en cualquier momento no podrás estar a mi lado, eres lo único que tengo y sé que soné extremista pero si distes la mitad de tu vida por mí, sé que ya no nos queda mucho tiempo y quisiera compartir el tiempo que nos queda sin importar el dolor que los dos sentimos.
Dante sonreirá, su cuerpo soporta mucha tensión, por eso temblaba, por eso cada vez que pasaba mis manos por su rostro sentía una especie de placer que todo el tiempo que hemos pasado conectados no había experimentado. Sabia con esos pequeños detalles que me amaba mucho más de lo que yo imaginaba.
-te amo. Increíblemente pude comprender esa palabra.
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¿y si compartimos una vida?
Romanceimagina que un día, sin que pudieras prevenirlo, compartieras todo con el amor de tu vida, tus pensamientos, tus recuerdos, tus sentimientos, tu dolor. No habrá privacidad alguna, los dos estarán atados al otro, pero la vida es clara, algo así no pu...