¿y si compartimos una vida?

Capítulo 22

Dante

Me desperté en mi cuerpo ese sueño pareció tan real, que comprendí que no fue un sueño por la reacción de mi madre. Se comportó extraña una vez entro por la puerta.

-¿tienes hambre?

-sí. Respondí y ella sonrió.

Trajo algo de comida a la habitación y se sentó a comer conmigo.

-has cambiado bastante. Dijo ella

No sabía que responder. Pero me miraba extraña.

-es como si te hubieras vuelto más...- sabía que iba a decir femenino.

- sentimental.

-no digas tonterías. Ella se rio por mi expresión.

Después de varios minutos se durmió en una silla que estaba a mi lado. Sin que ella se diera cuenta le di un beso en la frente. Era una oscura noche, vi cae el cielo con el invierno es inevitable no pensar en nosotros porque, es en la única temporada del año de que dependemos de los otros porque sencillamente visualizamos un desierto caer encima de nosotros.

Su voz resonó en mi mente.

-ame esa parte.

Empecé a llorar sin razón alguna.

-te extrañe.

-yo también.

Las lágrimas caían en mi rostro sin parar.

-¿Dónde estás? Pregunte

-en el hospital.

-esa es un respuesta tonta. Quiero verte.

-yo también solo que no puedo salir de mi habitación.

-yo tampoco.

Con uno de mis dedos retuve una de mis lágrimas.

-estas llorando.

-no. Mentí.

-recuerda que puedo escucharte.

-pensé por un momento que todo fue un sueño.

-lo siento.

-no te vuelvas a ir por favor.

-no iré a ninguna parte, estés donde estés te acompañare hasta la muerte.

-te amo.

-¿Por qué lo dices de una manera tan trágica no vez que estoy aquí?

-porque tengo miedo que decirlo, que no sientas lo que significa.

-me vas hacer llorar idiota.

-odio los momentos babosos. Le dije sonriendo.

-sabes llegue a la conclusión que el amor comienza con un gran monologo interior, sucede cuando nos estamos derrumbando, es así, que hablamos con toda sinceridad hasta comprender que el amor es un relato que nosotros necesitamos, es por ello, que siempre comienza con un "debo estar loco".

-me gusta esa conclusión- dije riéndome- aun te gusta mis monólogos.

-los amo son los mejores que he escuchado o leído. Definitivamente sabes cómo caos en una mente.

-¿y si te digo que un tengo muchos?

-amaría escucharlos, solo que no sean tristes quiero un final feliz.

-¿por qué final?

-porque te escucho y si llegáramos a morir y recordara todo sería triste.

-procurare que sean felices.

-espero que lo sean.

-yo también quiero escuchar los tuyos. Le dije suspirando.

-no lo sé no soy tan buena como tú.

-vamos inténtalo, has estado mucho tiempo conmigo creo que debe haberte pegado algo nerdo.

-está bien- suspiro- ahí voy- suspiro- Es nuestro destino amarnos, aunque él no lo quisiera.

-me gusto.

-no lo hice mal.

-es algo que nunca se me había ocurrido.

-está bien. Oficialmente soy tu poeta.

-lo eres amor mío, también quiero escuchar las palabras que puede decir una diosa como tú.

-exagerado.