¿y si compartimos una vida?

Capítulo 28

Dante

Me desperté, podía ver el cielo gris, el cielo cayendo en diminutos fragmentos blancos, solo escuchaba el silencio mi cuerpo no sufría, mi mente solo contemplaba lo que mis ojos veían, era como si hubiera alcanzado el nirvana, de plenito, pero sabía que si su voz sonaría en mi mente todo se derrumbaría, sería todo una catástrofe, todo ese desorden de sentimientos que sentiría, además de los míos, los sentimientos de ella seria los más estremecedores, tanto así, que cambiaría esta paz por ese desorden que está a punto de conceder, por un poco más de vida porque aun la quiero ver. Y así fue su voz sonaba en mi mente.

-¡Dante! -Y con ellos la gran ola devastadora de sentimientos.

-¿Isabella? No hubo respuesta era su inconsciente que me llamaba, aun así me dolía tanto que en reacción a ello, mi cuerpo empezó a doler, como si fuera un escape para que dejara de sufrir por mis sentimientos. Quería salir de aquí intente moverme pero fue imposible, solo pude arrastrarme por la nieve unos cuantos metros hasta caer exhausto, miraba el cielo, como si esperara algo ¿será que ese dios que nos unió se apiadara de mí? Aunque esta sea causa de él, el cielo caía con gran fuerza, era una tormenta, el dios sufre, el mundo se está estremeciendo por el sufrimiento de un dios. "el desierto crece" y yo estoy muriendo. Agonizar duele más que la vida, aunque la vida se aun gran dolor, agonizar es un dolor que se intensifica que cada célula lucha por salvar tu vida. Fue así que sentí ese impulso que aferrarse a la vida, esa sensación de adrenalina que demanda más tiempo.

-¡por favor, ayúdame! ¡Por favor sálvame! ¡Te lo ruego!

Comencé a llorar con gran fuerza, sabía que era tarde ya no podía cambiar el momento que me trajo aquí. Solo quería buscar un culpable que fuera mi condicional, sino hubiera... estaría a su lado, no me quiero ir, no me pude despedir de ella, no es justo. ¿No entiendo porque la volta de un dios es tan injusta? Ella merece que me despida, no se merece sufrir por el capricho de un dios, no se lo merece. Solo quisiera que ese dios me permitiera darle un final más memorable que esto, él no sabe escribir como yo lo hago, por eso, le pido que me deje corregir este final. Por favor.

En mi mente se escuchaban unos lamentos, eran de ella, lamentos que me conmovían más ¿Por qué se empeña en darnos un dolor inmenso? Mis ojos empezaron a cerrarse como si estuviera a punto de caer en un gran sueño, hasta que todo se volvió completamente oscuro.

¿Estoy muerto?-pensé- ése era mi final y el de ella, así tuvimos que morir, ¡maldita sea! no quiero que esto termine así, porque hagamos lo que hagamos, para un dios no es la gran cosa porque, no ve que la vida es suficientemente dolorosa para que al menos nos concediera un deseo ¿Por qué no escucha mis exigencias? He pasado toda mi vida exigiéndole a un dios que en el momento que más lo necesito no me responde.

-sacrificio. Escuche esa voz en mi interior como un susurro femenino.

El silencio era tan profundo que pudo resonar en mi mente con un gran eco.

¿Eso es lo que necesitas?- pensé- ahora entiendo todo, eres un dios solo puedes dar algo a cambio de un sacrificio, a cambio de un desafío, algo que puede volverse en un castigo. dios le da las pruebas que necesitas, pero a veces podemos elegir y pedir algo a cambio de una gran prueba, algo que cambia la vida de aquel que ha elegido ese deseo terminando en su vida en más desgracias, es la única forma en que un dios interviene en el mundo humano.

-te doy todo a cambio de un mejor final.

Nietzsche