capítulo 26

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Dante

Ya era el día después de navidad, las calles estaban desiertas, las personas estaban en sus casas yo caminaba con mi nuevo gabán, con guantes, una bufanda y mi perfume puesto. Ese dios dijo que hoy era el día, lo sabía porque escuche su voz cuando desperté.

-es momento de que salgas de tu casa, tu vida debe acabar de una forma donde ella no sea lastimada.

Entonces paso.

Un auto freno en seco frente a mí, varios hombres salieron del auto y sentí que estaba en peligro, uno de ellos llevaba un abrigo café, era rubio con una capucha que cubría su rostro, me intento golpear con un bate de beisbol pero lo logre esquivar y di un puño certero en su rostro, pude ver que eran cuatro dos con tapabocas vestidos casi igual, con chaquetas de cuero de diferentes diseños y un jean negro y el ultimo era total mente diferente llevaba un saco azul, con jean oscuro solo cubría su rostro una gorra pero sabía que lo conocía . Todos se vinieron contra mí y empecé golpearlos, sentí un golpe en mi abdomen, uno de ellos me había golpeado con un tubo de acero. Pude escuchar el chillido de Isabella en mi mente.

-¡Dante! Grito mi nombre.

Caí arrodillado al suelo y me tomaron de la espalda y me arrastraron hasta arrojarme en el baúl. Por el dolor no pude resistirme mucho, me estaba desmayando, pero podía escuchar como lloraba Isabella en la oscuridad del baúl.

-¿Por qué? ¿Por qué tuve este día tan perfecto? ¿Por qué ella se durmió? ¿Por qué me sentía incómodo, aburrido en mi casa? Debe ser la condena que el dios Zeus puso a los humanos una vez que se encontraran estarían destinados a separarse, nosotros estamos más que juntos ese dios debe estar enojado con nosotros, es por eso, que este día fue tan perfecto.

El baúl se abrió y me hice el desmayado podía escuchar sus voces.

-tíremelo aquí.

Uno de ellos me tomo de los brazos y otro de las piernas, cuando me empezaron a menear di una patada al que me tenía de los pies y me pude zafar de que me tenía de los brazos, rodé y logre ponerme en pie, ninguno de ellos tenía ninguna arma. Pude escuchar a Isabella llorar con fuerza en mi mente. Me enfurecí que perdí la cabeza, di un grito de ira y me lance a ellos, dos de ellos se lanzaron al mismo tiempo uno de ellos pudo golpearme pero, puede golpearlos con gran fuerza en sus rostros, uno que cubría su rostro con tapabocas intento taclearme, pero solo choco su cuerpo contra mi abdomen y le daba codazos en su espalda hasta que cayó al suelo, sabía que lo conocía era el hombre de la cafetería el que estaba de pie mirándome, me fui contra él, pero se habían levantado.

-¿Dante dónde estás? Pregunto Isabella.

-quiero que me escuches llama a alguien que esté en tu casa y ve al hospital ¡ahora!

Si muero aquí ella morirá. El primero en venir hacia era el que tenía la capucha, vino tomando impulso y tratando de dar un puño certero puse mi brazo en guardia y le lo detuve pero había dolido. Isabella grito de dolor. Golpe su cuello de un puñetazo, el otro fue detrás del de la capucha pudo golpear varias veces mi rostro y mi estómago, solo alcance a darle una patada. El otro se vino contra mí lo esquive con facilidad su puño y empecé a golpearlo en el rostro, uno de ellos se paró y me tiro al suelo tacleándome se puso encima mío e intento golpearme pero enrede mis piernas en su cabeza y pude quitármelo, en el suelo uno de ellos me dio una patada en la espalda gire por inercia y al ver que me iba a dar otra alcance a darme vuelta y le di un golpe en su perna de una patada haciéndole perder el equilibrio. Me alcance a pararme y él, el hombre de la cafetería, me golpeo con un bate en la espalda. Caí al suelo y antes que pudiera acertar otro golpe pate su cara, uno de ellos se me aferro a mi espalda e intentaba que no me moviera pero, di una patada en su pierna para liberarme, el que estaba a punto de golpearme mientras este me intentaba inmovilizar acertó su puño en mi hombro, yo lo empuje para golpear al hombre con el bate, antes que pudiera levantarse, dejo caer su bate y uno de ellos se lanzó contra mi antes de caer los dos al suelo le di un codazo en su espalda, caímos los dos y le di un codazo rodé para intentarme parar pero uno de ellos comenzó a darme patadas en la espalda, antes que pudiera dar la tercer patada rodé con todas mis fuerzas y pude esquivarla solo logro patria nieve que cayó en mi rostro. Intento golpearme antes que me levantara pero me tire al suelo cayo por la inercia al tropezar con mi cuerpo. Me logre ponerme de pie pero ese el hombre del bate logro darme un batazo en la pierna. Por un momento se me había olvidado Isabella, ella lloraba y podía escuchar su voz implorando.

-¡ya basta! ¡Basta por favor!

Antes que me diera un batazo en la cabeza, me agache y me lance contra él, cayendo los dos, me puse encima de él y empecé a golpear su rostro con toda mi fuerza en su rostro, mis nudillos sangraban, lo golpeaba una y otra vez.

-¡muere! ¡Muereeee! ¡Mal nacido!

Uno de ellos tomo el bate y me dio en la espalda.

¿y si compartimos una vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora