Capítulo 30

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Dante

Desperté y lo primero que vi fue una nueve gris en la gran oscuridad estaba casi totalmente enterrado en la nieve, por alguna razón mi cuerpo estaba casi tibio. La nieve estaba teñido de un color rojizo era sangre.

-no quiero morir aquí. Pensé con un par de lágrimas recorriéndome el rostro.

-¿Dante? Era su voz, escuchaba su voz en mi mente, una gran sonrisa se dibujó, pero me dolía la idea de que los dos muriéramos.

-¡Dante!

-Este...fanía

Por alguna razón siento un vacío tan angustiante, un vacío que hace colapsar toda esperanza hasta tal punto que vivo este instante.

-tengo que encontrarlo, por favor Dante aguanta.

-¿Por qué no he muerto? Debería morir hace mucho tiempo.

-te necesito, ¿dónde estás?

-¿Por qué siento calor en un lugar así? Como si la nieve no fuera nieve fuera un simple trozo de nube.

-¿¡donde estas!?

-¿el cielo me estará llamando?

-¡Dante!

-por alguna razón, siento como si me doliera el pecho, como un sentimiento me quema, mis huesos no responde, solo siento ese sentimiento fúnebre.

-¡por favor! Dan...

-hay alguien.

Fue como si el cielo me ayudara una estrella ilumino el vacío oscuro de un cielo nocturno, esa estrella que apareciera estar a punto de caer como sí.

-me estuviera buscando.

-¿Dante?

-Isabella.

-¿Dónde estás?

-estoy...

¿y si compartimos una vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora