¡Eres un falso, idiota!

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No estaban tomados de las manos, pero aún así, era tierno ver a Garu tomando del brazo a Pucca caminando juntos, ambos fueron de nuevo a la aldea, en la que algunos vieron el momento y se sintieron alegres al ver dos cosas.

A Garu siendo tierno.
Y a Pucca, siendo feliz.

Sin embargo, esto no duraría mucho.

Abyo se paró enfrente de ellos para evitar que siguieran su caminata

—Viejo, eso es injusto, ¡¿Cambiaste una pelea con tu mejor amigo, por un paseo con una niña?! S-Sin ofender, Pucca.

Garu hizo una expresión de asco, luego señaló a Pucca haciendo cara de indignación para luego, soltarla y agitando sus manos de lado a lado, como dando a entender que no quiere nada con Pucca.

Ella al ver la escena se sintió usada, ¿Qué fue el beso de hace rato? ¿A caso él estaba jugando con ella? ¿Tanto tiempo sin verse... Y ahora le sale con que no quiere nada que ver con ella?

Pucca, afligida y decepcionada, le dio una fuerte cachetada a Garu, para luego taparse el rostro e irse corriendo, llorando como nunca antes.

Garu se sobó la mejilla, pero eso no le dolió más que la tristeza de Pucca.

—Emm, creo que no fue buena idea reclamarte así... ¡Chicas! ¿Quién las entiende? — Dijo el moreno amigo del ninja de coletas. —Da igual, deberíamos ir a mi casa que queda más cerca, ya que parece que va a llover.

En eso, ambos vieron al cielo, en el cual se formaban grandes nubes grises de lluvia, ambos sabían que esto era debido al roto corazón de la muchacha.

(...)

Una vez llegando, quien les abrió la puerta fue Ching, ya que el policía había salido por un tiempo y como Abyo no estaba, dejó a cargo a la de trenzas.

—¡Hola Abyo! ¡Hola Garu! Me he quedado custodiando esta casa por petición del papá de Abyo, ¡Venga, pasen!

Ambos entraron, dejando un rastro de agua de lluvia en el suelo, por lo que Ching tuvo que trapear mientras ellos tomaban una ducha caliente para evitar resfriarse .

Después de ese rato, los tres amigos se sentaron en un sofá a conversar.

—¿Alguno de los dos sabe si esta lluvia es por Pucca? — Preguntó la niña trenza, preocupada por su mejor amiga.

—De hecho sí— le contestó su supuesto novio. —Garu exageró porque le daba vergüenza estar con ella—

Molesto, el antes mencionado soltó un leve golpe en la cabeza de su amigo, pues no le pareció "agradable" el comentario de este.

—¡Auch! ¿Qué culpa tengo yo?

—Pero Garu, déjame decirte algo— Interrumpe de nuevo Ching. —Los tres sabemos que ella lleva estos cuatro meses actuando así porque nunca tuviste agallas de decirle que le gustas, y gracias a ello ahora lloverá hasta que arreglen las cosas—

Garu reflexionó, y su amiga tiene razón, con razón ese sentimiento de culpa le perseguía, y en parte lo tenía bien merecido.

Pero ahora, ¿Qué podría hacer?

✘ Rσנσ Ʋιησтιηтσ ✘ (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora