Seis abrazos antes de tu cumple

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Al día siguiente, un lunes, a las 10 de la mañana, Garu recibe una carta firmada por Ching.

⟨Hola, Garu. Abyo, Pucca y yo vamos para la playa que queda a 30 minutos de aquí; nos vemos allá
Atte: Ching 😉⟩

Este leyó el mensaje escrito por su amiga y decidió que por un día que se relajase no se acaba el mundo.

Llenó el plato de comida de Mio, para asegurarse de que no se iba a morir de hambre mientras él no estaba.

Acto seguido, procede a guardar algunas cosas en un bolso como bloqueador solar y su traje de baño.

Después emprendió su viaje a la playa.

(...)

Una vez ahí, los amigos de Garu lo recibieron emocionados, pues estaban preparando un sitio para jugar voleibol.

Una vez que él tenía su traje de baño puesto, fue con los muchachos a jugar al voley.

Fue divertido, hicieron equipos de chicas contra chicos; así evitarían también cualquier conflicto innecesario.

Sin embargo, Garu se distraía mucho viendo a la hermosa Pucca, cosa que permitió que las muchachas fueran ganado, a la vez, Abyo se molestaba mucho de esto.

Ellos iban perdiendo 5 \ 2, ya era hora de empezar a revindicarse.

Cuando él, Garu, estuvo a punto de hacer un saque súper genial, un travieso animalito de las aguas le pinchó el pie.

Así es, un cangrejo revoltoso atacó sin motivo alguno a nuestro bitagonista.

Por consiguiente, este mismo soltó un alarido de dolor.

Sus tres amigos se preocuparon bastante, y para soltar al cangrejo de Garu, Abyo jaló del brazo mismo y las féminas del crustáceo.

Después de jalonar un poco y algunos gritos de dolor, al fin lograron librar el pie de ese animal.

El cangrejo no se cansó, y antes de irse, pinchó la pelota de voleibol para que los chicos no pudieran jugar más.

Ching fue a por su kit de emergencia, Abyo fue a buscarle una bebida a su compañero, y Pucca como buena confidente se quedó con Garu para cuidarle y prestarle la atención que necesitaba.

(...)

Pasaron un par de horas, Abyo y Ching hacían actividades diversas en el agua, pero Pucca se quedó con su amado para hacerle compañía.

A ella no le importaba mucho, pues logró distraerse haciendo una escultura de arena para su amigo, la escultura retrataba a dos gatitos, Yami y Mio, besándose, y uniendo sus colas en forma de corazón.

Garu contemplaba esto, y le parecía aceptable el hecho de que su amiga tenía mucha creatividad.

Pucca al terminar le enseñó su obra a él, y lo único que él hizo fue alzar el pulgar en forma de aceptación.

Ambos quedaron en un momento incómodo después de eso, hasta que ella tuvo una idea.

Pucca sacó una crema de masajes de su bolso y se la enseñó a Garu, este entendió lo que su amiga pretendía, así que procedió a acostarse boca abajo en el suelo.


Ella le hizo un rico masaje.
Él no fue el único que lo disfrutó.

✘ Rσנσ Ʋιησтιηтσ ✘ (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora