✘ Rσנσ Ʋιησтιηтσ ✘ (SIN EDITAR)

Hay que juntarlos

—No... ¡No! Esto es increíble, ¡No puede estar pasando!

Tobe, el gran rival de Garu estaba en su guarida junto a Ring Ring, quejándose de Pucca estuviera enojada con Garu, pues esto le dificultaba un poco su plan.

—A ver, genio.— Le reclama la peliazul —¿No es mejor así? Digo, podría tomarme la poción  y empezar a reemplazar a Pucca de una vez.—

—No, Ring Ring, así no funcionará; si queremos causarle una fuerte preocupación y humillación a Garu, hay que raptar a Pucca el día del cumpleaños, además así él caería en que tú eres Pucca y te brindará más atención, eso es lo que quieres, ¿No?

—Tienes razón, pero ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo los juntamos antes de que sea el cumpleaños? Ya sólo queda una semana.

—Hay que incitar a Garu a acercarse a Pucca, podrías enfrentarla para que él venga a su rescate, así te dejas ganar y ellos vuelven a quererse.

—¿¡Qué!? ¿¡Y darle el lujo a ella de quedarse con mi Garu!?

—Es por ahora, ya después tú victoria será la que permanezca.

—Uish, está bien, mañana la atacaré.

(...)

Habían pasado dos días desde aquel momento, ya tan solo faltaban menos de 8 para el cumpleaños de el ninja más reconocido de Sooga y sus lares.

En esos dos días llovió intensamente, caían rayos y truenos a cada instante, los vientos eran tan agresivos que ya nadie se atrevía a salir.

Nuestra pequeña protagonista, Pucca, estaba en su habitación, encerrada, abrazando a su gatita Yami a manera de consuelo; en algunos momentos se preguntaba si su reacción había sido exagerada, sin embargo eso sólo causaba que se enfadase más y más con su enamorado.

Mientras tanto, Garu, Abyo y Ching acordaron hacer una pijamada de más de una noche, ya que era peligroso salir esos momentos.

—Emm, Garu, tienes que encontrar alguna forma de disculparte con Pucca, sino, seguirá lloviendo hasta tu cumpleaños, quizás hasta después.— Afirmó Ching bastante triste, no le gustaba el pensar que su mejor amiga estaba sufriendo por un malentendido —Deberías ir donde ella.

—¿No ves que está lloviendo, Ching?— Su novio le contesta un poco aturdido por ese comentario de su pareja. —Además, ella fue una exagerada, sólo fueron unas muecas y ya.— afirmó.

Garu escuchaba todo en silencio, pensando en lo que debería hacer, cómo lo haría y cuándo tendría que hacerlo.

Pero la conversación se cortó, en cuanto escucharon golpes y una risa malvada venir desde fuera.

En efecto, era Ring Ring en su modo bestia, utilizando su melena para capturar a los tres tíos de Pucca y a esta misma, los golpeaba repetidas veces contra el suelo.

Pucca tenía el poder y fuerza para derrotarla, mas no en ese momento, en el que se encontraba débil gracias a su herido corazón.

—¡Mwa ja, ja, ja, ja!— Las risas de maldad de aquella Diosa del viento eran dignas de todo villano, a punto de lograr su gran hazaña. —¡Al fin voy a borrar de la existencia a esta miserable niña, y podrán admitir que soy YO la más hermosa del mundo!

El ninja de coletas se enfureció, ya no importaba la lluvia o cuán molesta estaba su amiga con él, lo que importaba era salvarla junto a sus únicos familiares consanguíneos conocidos.

Se acomodó el cabello, desenvainó su katana y corrió fuera de la casa, para así llamar la atención de Ring Ring con un silbido.

Ella lo vio, y se acercó un poco a él de manera desafiante, «Tobe me pidió dejarme vencer, pero no será tan fácil», pensó. —¡Vaya, vaya, vaya! Miren quién tenemos aquí, el sucio bastardo que dejó de lado a su noviecita para lucir cool delante de su amigo— Soltó una risa. —Pero que patético, ¿Sabes? Esto no hubiera sucedido si fueras MÍ novio, pero fíjate lo que sucede...

Garu no aguantó más, y luego de el discurso de humillación de esa muchacha engreída, procede a atacar.

Entre ambos intercambiaron varios ataques, Garu con su katana y Ring Ring con sus telas y cabello; era gracioso ver cómo una espada no cortaba esos materiales, pero bueno, así funcionan las cosas ahí.

Sin embargo él no era tonto, utilizó su Garusión-ilusión para distraerla.

Cuando ella estuvo a punto de acabar con los clones con un ataque giratorio, el habilidoso ninja de coletas logró hacerle una toma de asfixia, y cuando la villana estuvo a punto de ceder al desmayo, Garu paró esto y le colocó la katana a centímetros del cuello.

En efecto, la amenazó con matarla.

—¡E-Está bien! T-Te los devuelvo.

Ring Ring abandonó su modo bestia y regresó a la normalidad, para después salir corriendo.

(...)

—¡Bueno, Garu, gracias por salvarnos!

—Sí, Garu, gracias por eso, se nota que ya casi eres todo un profesional.

Comentarios así salieron por los labios de los tres tíos de Pucca, pero él pasó de estos y se acercó a la antes mencionada.

Ella estaba en el suelo, de rodillas, sin fuerza; vio a su amado acercarse, el cual le tendió la mano, y al tomarla y levantarse vio que este hizo una expresión de arrepentimiento.

Pucca sonrió, asintió y le abrazó, acto que le fue correspondido.

La gigante nube malvada se esfumó, y varios rayos de sol junto a un arcoiris iluminaron el cielo.

Todo eso pasó tan rápido... Y eso alegró en parte a Garu, pues habiendo resuelto eso, ¿Qué más no podría resolver?