Capítulo 18

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Angie

Fran se acercó y me apretó la mano. Estaba de pie a mi lado mientras me sentaba sobre la mesa del doctor, esperando. Había orinado en una taza y ahora esperamos a conocer los resultados oficiales. Mi corazón latía. Había una pequeña posibilidad de que no pudiera estar embarazada. Lo había googleado anoche. Las pruebas de embarazo caseras podrían haber estado equivocadas y podría haberme estado enfermando porque mi cabeza pensaba que estaba embarazada.

La puerta se abrió y una enfermera caminó dentro, sonriendo mientras miraba de Fran a mí.

—Felicitaciones. Es positivo. Estás embarazada.

Fran apretó mi mano con más fuerza. Ya lo sabía, pero en el fondo, el sólo Oír a la enfermera decirlo lo hacía más real. No iba a llorar. Mi bebé no tenía por qué saber que lloré cuando me enteré de que estaba embarazada. Quiero que él o ella se sintiera amado siempre. Esto no era algo malo. Nunca podría ser una mala cosa. Yo necesitaba familia. Pronto tendría una nueva. Alguien que me amara incondicionalmente.

—El médico vendrá a comprobar tu estado dentro de unos minutos. Tenemos que hacer un análisis de sangre también. ¿Ha experimentado algún calambre o sangrado?

—No. Sólo nauseas. Los olores me hacen vomitar —le expliqué.

La enfermera asintió y escribió eso en su portapapeles.

—Tal vez no lo desees, pero eso es una buena señal. Estar enferma es bueno.

Fran resopló.

—No la has visto vaciar todo. No hay nada bueno en ello.

La enfermera sonrió.

—Sí, recuerdo aquellos días. No es divertido —Cambió su mirada hacia mí—. ¿El padre estará involucrado?

¿Lo estaría? ¿Podría decirle? Negué con la cabeza.

—No, no creo que lo estará.

Me dio una sonrisa triste mientras asentía con la cabeza e hizo otra nota en su portapapeles, me dijo que veía esto muy a menudo.

—¿Utilizabas alguna forma de control de la natalidad al concebir? ¿La píldora tal vez? —preguntó la enfermera.

No miré a Fran. Quizá no la quiero aquí después de todo. Negué con la cabeza.

La enfermera alzó las cejas.

—¿Nada? —preguntó ella.

—No, nada. Me refiero a que utilizamos condón un par ocasiones, pero hubo un par de veces que no lo hicimos. Lo sacó fuera una vez... pero una vez no lo hizo.

Fran se tensó a mi lado. Sabía lo que estaba pensando. ¿Cómo pude haber sido tan estúpida?

La enfermera asintió.

—Está bien. El médico vendrá en breve —dijo ella y salió de la habitación.

Fran tiró de mi brazo haciendo que la mirase.

—¿Él no usó un condón? ¿Está loco? ¡Maldita sea! Tendría que haber pensado en preguntarte si estabas embarazada. Qué idiota. Aquí estoy yo, sintiendo pena porque no sabe que va a ser papá, y él no usó un maldito condón. Tendría que haber estado en contacto contigo dentro de cuatro semanas para asegurarse de que no estuvieras embarazada. Qué idiota.

Fran se paseaba delante de mí ahora. Sólo la miré. ¿Qué digo de esto? Yo estaba igual de equivocada en esta situación. Fui la primera en desnudarse, subirse encima de él y follarlo hasta el cansancio. Era un hombre y la última cosa en su mente había sido detenerse para ponerse un condón. No le había dado mucho tiempo para pensar. Pero compartir los detalles con Fran de mí vida sexual con Dennis no iba a suceder. Así que mantuve la boca cerrada.

Nunca demasiado lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora