48. Laberinto sin salida I / III

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Iba a medio camino hacia la residencia del pilar Obanai cuando Hayate me dió el terrible aviso de que la residencia del señor Oyakata estaba bajo ataque, creo que nunca antes había corrido tan rápido mientras seguía a mi cuervo en dirección a la mansión.

El señor Oyakata, debemos protegerlo. Él es nuestro guía, el que ha mantenido a los cazadores unidos por tantos años...

- ¡Hayate! ¡¿Cuánto falta?!

- ¡Ya casi! ¡Ya casi!

Apenas mi cuervo terminó de graznar una respuesta cuando una enorme explosión surgió de entre unos árboles claramente visibles desde la distancia que yo me encontraba. Por un momento no pude respirar ni moverme, mientras me centraba en confirmarme una y otra vez que en la dirección de la explosión se encontraba la casa del señor Oyakata.

Cuando finalmente recobré la compostura solté una maldición y eché a correr aún más rápido que antes, mientras me colocaba la muñequera que había recuperado junto con mi haori y el resto de mis cosas, incluyendo obviamente mi espada. Tenía un mal presentimiento terriblemente fuerte oprimiendo mi pecho, y conforme me acercaba más y más a la zona llena de fuego se me dificultaba más y más la respiración, y no precisamente por la cantidad de humo que había, el cual tenía un ligero aroma a glicina.

Cuando ya estaba muy cerca de llegar ví a dos personas corriendo delante de mí, vistiendo cada quien un haori inconfundible.

- ¡Giyuu! ¡Tanjiro!

Le indiqué rápidamente a Hayate que echara un vistazo desde una distancia segura antes de ir al lado de mis amigos, los cuales apenas si redujeron el paso lo suficiente como para que pudiera alcanzarlos.

- ¿Esa explosión fue...?

- Si, fue en la mansión del señor Oyakata

Giyuu no estaba gritando, pero a pesar de eso de podía sentir el enojo y miedo en su voz de manera más que obvia.

Finalmente llegamos a nuestro destino. Donde en teoría debería estar la residencia del señor Oyakata tan sólo había un terreno lleno de escombros y fuego. No había rastro de nuestro guía, pero en su lugar se encontraba el pilar Himejima atacando a un hombre de espaldas a nosotros que estaba siendo atravesado por múltiples picos oscuros afilados y gruesos.

Por un momento quedé terriblemente confundido con la escena, pero al notar nuestra presencia el hombre que estaba siendo atravesado por múltiples picos volteó un instante a vernos, provocando que la sangre se me helara en cuanto ese par de gatunos ojos rojos y brillantes que poseía se posaran apenas por unos cortos milisegundos en los míos.

Es un demonio, pero más que eso... él es... él debe ser...

- Kibutsuji...Muzan...

El primer demonio, el origen de todas las desgracias que hicieron que surgiera el cuerpo de cazadores de demonios, la causa original de todas esas muertes, todo ese dolor, tristeza...y enojo.

Escuché a Tanjiro gritar su nombre a mi lado, casi sin pensarlo desenvainé mi espada y adopté la primera postura mientras me acercaba rápidamente a aquel demonio. Estaba aterrado, pero el arranque repentino de enojo que sentía era más que suficiente para hacerme avanzar.

El resto de los pilares surgieron rápidamente de diferentes direcciones y también se lanzaron al ataque. Al acercarme más noté que había una mujer de pie frente a Kibutsuji, ella tenía la mano firmemente metida en el pecho del demonio, no me costó mucho deducir que también debía ser un demonio pero que de alguna manera estaba de nuestro lado.

El Zorro y el Jabalí /-Inosuke x Male Reader-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora