El Zorro y el Jabalí /-Inosuke x Male Reader-

12. Descanso con (no tan) viejos amigos

Debí de quedarme dormido, porque cuando me desperté al día siguiente era el único en la habitación, bueno, aparte de Nezuko, que seguía en su caja ya que era de día.

Me quedé tirado en la cama al menos una media hora más antes de que los gruñidos de mi estómago me obligaran a levantarme.
Apenas puse un pie fuera del cuarto la señora salió de no se dónde.

- Buenos días joven, permítame guiarlo con sus compañeros para que coma

- Muchas gracias

Le agradecí con una reverencia y la seguí por un pasillo mientras bostezaba.
Cuando llegamos al cuarto la señora me dijo que tenía que ir a hacer otras cosas, nos despedimos y mientras la veía irse no pude evitar pensar que la razón por la que no quería entrar era por el tremendo escándalo que se escuchaba ahí dentro.

Abrí la puerta con firmeza, haciendo que sonara bastante fuerte, lo suficiente para callarlos.

- Buenos días

Entre y cerré la puerta tras de mí, les habían puesto una mesa grande en la que había muchos platillos, pero Inosuke (que no llevaba su máscara) y Zenitsu por alguna razón insistían en pelearse por una especie de pescado cocinado con limones.

- Buenos días, ____. Nunca te había visto con el cabello así de desordenado

Me senté al lado de Tanjiro mientras los otros dos seguían con su pelea, se me hizo algo extraño que Inosuke técnicamente me ignorara, pero no dije nada al respecto.

- Normalmente cuando duermo no me muevo para nada, pero cuando lo hago despierto así

Tanjiro se rió y me ayudó torpemente a darle algo más de forma a mi pelo. Sonreí mientras comía y con la otra mano le revolví el cabello.

- Déjalo, lo peinaré más al rato

- Jaja, pero no por eso tienes que despeinarme

- Tu nunca te despeinas

Seguimos conversando, poco a poco fui sintiéndome más cómodo hablando con Tanjiro, justo como cuando entrenábamos con Urokodaki...por alguna razón esos momentos de sienten muy lejanos.

De golpe recordé algo.

- Oye, Zenitsu

El rubio me volteo a ver mientras intentaba arrebatarle un camarón a Inosuke.

- ¿Recuerdas nuestra apuesta?

Fue divertido ver cómo el color se le iba del rostro.

- ¡No! ¡No lo recuerdo!

Me puse de pie y fui hasta donde estaba. El chico retrocedió de inmediato y echó a correr, aunque no es como si pudiera ir a algún lado en este cuarto.

- ¿Una apuesta?

Tanjiro seguía la huida en círculos de Zenitsu con la mirada mientras me hablaba.

- Si, le aposté que podría sobrevivir para la próxima vez que nos veamos

-...pero esa apuesta ya estaba ganada

- Lo sé. Zenitsu, tranquilízate no va a ser nada malo...

- ¡Claro que sí! ¡Alguien con tu sed de sangre y a quien llame chica seguro que me pone un castigo peor que arder en el infierno!

Suspiré. Espere a que Zenitsu en una de sus vueltas alrededor del cuarto pasará por donde yo estaba para agarrarlo del cuello de la camisa.

- Inosuke, pásame ese estúpido pescado por favor