Capítulo 25

18 3 0
                                    

Capítulo 25

Arturo estaba con ellos. Había bajado un poco los decibeles con ese asunto de Estefanía pues ellos se habían puesto firmes en no aceptar nada más que viniese de ella a interrumpir su aprendizaje. Les di la sorpresa de contactarme (a pesar de no estar solos y de todo aquello que habíamos hablado no solo nosotros, sino los Maestros Superiores, con respecto a las charlas sobre el Conocimiento que tendríamos únicamente ellos y nosotros).

Arturo me caía simpático y me hacía divertir muchísimo con su solemnidad, sus excusas y su compostura; además, yo sabía que se sentía muy feliz al participar de las charlas. Ya lo dije al comienzo, me hacía acordar mucho a mi discípulo unos cuantos meses atrás.

Después de saludarnos les dije que había algunas cosas que me gustaría charlar con ellos.

Deberían continuar trabajando como hasta ahora y continuaría la cuota de Conocimiento para ellos, pero había personas que merecían escucharnos y por eso estaba yo ahí, aunque Arturo estuviese presente.

Continué con las enseñanzas diciendo que una vez les habíamos dicho que el hombre tenía la capacidad de comprensión pero que dependía mucho del compromiso que había en él para comprender, y que el compromiso era importante, —o debo decir: "es", porque a pesar de estar narrando esto en retrospectiva, los conceptos están siempre vigentes— el compromiso con uno mismo, y en consecuencia con los demás; el no sentirse soberbio y el ir dejando la Importancia a un lado; aún de a poquito.

Les dije que conocíamos a todos los espíritus y que, por lo tanto, también al de Arturo, y que sabíamos que se esforzaba por entender. Agregué que un hombre tiene que perseguir siempre el hacer más que el decir. De esa forma se notan los cambios; y un hombre de Conocimiento es aquel que habla poco, muy poco, y a veces nada. Simplemente hace, y allí está su compromiso con él mismo. ¡Hacer más que decir! Porque, el que habla mucho, generalmente es un charlatán. El otro trabaja, y se ven los frutos de su trabajo. El ejemplo de su vida es lo que vale. Hice un lapso de silencio para que procesaran esa información y después inquirí a mi discípulo si tenían alguna pregunta que hacerme, y Él acotó

—Preguntas, no; pero sí quiero decirte que siento un profundo dolor por la gente que me rodea y que no quiere hacerse cargo de ese poder de entendimiento. —a lo que añadí

—Ya aprenderán que para transitar este camino hay que dejar también la Importancia Personal y la Historia Personal; Porque deben perseguir siempre el no depender de nadie sino de ustedes mismos. Jamás dependan de nadie, porque esto también es Desapego.

El hacerse cargo de uno mismo es fundamental para transitar este camino. Cuando una persona depende de otra, está obrando en base a formas inferiores de amor, y en todo caso no vivirá sino en función de otros.

Si uno se hace cargo de sí mismo será feliz o no; pero será el fruto de sí mismo y de su propia creación.

Al no depender de nadie no estarás expuesto al dolor que hoy sentís; porque te estás haciendo cargo, y eso no es bueno. No es bueno para que puedas evolucionar.

Mirá; un hombre podrá comprender o no, pero no esperes que otro haga lo que vos hacés porque entonces estarías poniendo condiciones. Tampoco aceptes que te las pongan. Es así. Por eso es también una tarea de solitarios, porque si bien ustedes están juntos y se ayudarán, también es una tarea de cada uno, y siempre la deuda es con uno mismo.

El sentir lástima de otro, el sentir dolor por otros, el sentir alegría por otros, el sentir que dejamos víctimas, como una vez te dijimos, no es bueno. —Él contestó rápidamente

"Charlas con Wilheim" (Libro 2do)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora