Capítulo 27

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Capítulo 27

Teniendo en cuenta mi advertencia comenzó a prestar más atención a las personas que se acercaban a Él y que conocían algo de lo que ellos estaban haciendo. Escuchó y analizó los comentarios al respecto. Pudo ver la trampa a la que me había referido con aquella alumna e hizo extensiva la observación a muchos otros. Cuando leyó mi mensaje pudo comprobar que era así.

 Su compañera ya estaba de vuelta. Nos encontramos en su casa y comencé la charla de este modo:

—Yo les dejé un mensaje y queríamos hablar con ustedes porque hay algunas cosas que deben aprender. Seguramente llevará tiempo, pero son cosas que deben nacer muy de adentro de ustedes y que deben sentir profundamente y tiene que ser un trabajo auténtico, transparente.

El tratar con las personas no es fácil. Por eso el tema de la Importancia, y sobre todo, el Desapego, que no es fácil de asimilar pero también se llega a comprender y llega a formar parte de nuestra vida con el tiempo. Deben aprender que son muy pocos los que comprenden en este momento. ¡Muy pocos! En realidad, hay dos personas solamente, que están comenzando a comprender. Uno más que el otro; pero son dos nada más. Porque no puede ser que una persona comprenda cuando no conoce nada. No puede ser que una persona comprenda si no conoce ni siquiera uno de nuestros mensajes. ¡Y en su obra hay muchos!

No puede ser que una persona comprenda cuando sin conocer, sin experimentar, y sin asimilar, reciba solamente información. Información de parte de ustedes y de sus propias vivencias, pero que son transmitidas. Ustedes las viven, pero de ahí a que el otro lo comprenda hay un abismo. ¡Y ustedes lo saben porque lo han vivido; porque lo están viviendo! Una continua transformación, pero a la vez, un enriquecimiento profundo del espíritu.

Es imposible que una persona pueda comprender algo que desconoce. Entonces, muchos les dirán que es maravilloso, y que lo que les dicen ustedes está cambiando sus vidas; pero no es cierto. ¡No es real! ¡No es verdad! Porque, en todo caso, recibirán solamente información, y además porque, si bien algunas pocas personas comprenderán parte del mensaje, y muy, muy pocos parte del Conocimiento, si es que quieren seguirlo, porque es un trabajo muy grande, muy difícil que requiere mucho esfuerzo y concentración y preocupación; si bien, algunas personas llegarán a comprender parte de esto, en realidad, ustedes son los protagonistas absolutos y ustedes son los únicos espíritus Maestros.

A través de ustedes algunas personas conocerán algunas cosas, pero no todas. Y aquí también tienen que ver... entrarían las ventajas de una pareja como ustedes. Entonces deben cuidarse mucho porque ustedes gastan energía explicando, transmitiendo.

Recuerden siempre que deben ser personas de poco hablar, y tal vez nada. Que aquel que deba comprender y acercarse a ustedes encontrará el medio y la necesidad, y en su momento llegará solo, no porque ustedes lo convenzan o traten de mostrarle un mundo diferente. No es así como deben llegar las personas a ustedes, sino a través de una necesidad auténticamente personal, y que nazca de ellos mismos.

Seguramente, en algún momento, se encontrarán con personas de lugares muy lejanos que, pensándolo bien, parecería imposible que conocieran; pero la necesidad llega desde adentro, y no porque ustedes prediquen. Esto es así. Por eso les dijimos que deben trabajar más con su Importancia Personal, porque de eso se trata. El trabajo silencioso pero fecundo, y en todo caso, el mostrar con el ejemplo, con el trabajo.

Ustedes tienen muchas ventajas sobre los demás hombres y deben aprovecharlas. Esas ventajas las tienen porque reciben toda ayuda y porque, además, sus espíritus son superiores. Por ejemplo... ¡Bueno! Más adelante les contaré más cosas; —aquí Sophia me hizo una seña imperceptible para que cerrara mi bocota— pero por ahora es importante que analicen eso y que actúen como... digamos... ¡que hagan su vida! No como una obligación, sino como una necesidad. Y esto solamente traerá felicidad; porque van a comprobar que el escuchar, a veces, es más importante que hablar. El escuchar, analizar, estudiar a la persona que tenemos enfrente. Ver cuánto dice y cuánto hace, y no comprometerse demasiado con las palabras; porque esto traerá complicaciones. ¿Sí? —pregunté y Él respondió

"Charlas con Wilheim" (Libro 2do)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora