Conway, Jack Conway

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Amber's POV

—Antes de que nos pudramos todos aquí dentro, ¿hay algo que quieras decir a tu compañero?

Llevaba escuchando toda la conversación sin despegar mi oreja de la pared, temblando por dentro pero dispuesta a entrar a la mínima que escuchara algo que pudiera provocar el fin para alguno de mis compañeros.

Sabía que si alguno de ellos dos entretenía a aquellos terroristas por un tiempo más, la malla llegaría, y pronto, todo habría acabado como una simple pero terrorífica pesadilla, pero sabía de sobra que no iba a ser así.
Que por lo menos, alguno de nosotros tres, iba a caer.

Un silencio largo continuó la pregunta de aquel gilipollas que tenía a ambos reclutados, y yo esperé, impaciente. Di por hecho que Conway tenía alguna de las suyas guardadas, y estaba esperando el momento hasta que esta apareciese, pero no ocurría absolutamente nada.

Un ruido que venía del fondo de la casa, hizo que me pusiera más alerta de lo que ya estaba, y escuché atentamente, mientras una gota de sudor recorría ya mi cuello que palpitaba con fuerzas.

—¡Conway!

La voz de Ivanov retumbó por toda la casa, y el golpe que le asestaron también. No pude evitar morderme los labios para no gritar ni pegarle un tiro a los hijos de puta que estaban ahí dentro. De no tener la pistola tan fuertemente agarrada, ésta podría haberse resvalado en cualquier momento por el sudor que retenían mis manos en aquellos momentos.

—¡Vete al puto infierno, comunista de mierda!

Un disparo continuó la frase, y supe, que ya había aguantado bastante.

Entré sin miedo, sabiendo que podría perder la vida en cualquier momento, pero que sin embargo, era lo que menos me importaba. Mi atención se centraba únicamente en Ivanov, al cual lo vi tirado en el suelo con un manchurrón de sangre debajo del pecho, con los ojos cerrados y con la boca abierta. Ahogué un grito y vi cómo Conway, que se encontraba justo en frente mía, se ponía de pie mientras gritaba.

Supe momentos después, que de no haber entrado, Conway estaría ahora muerto.

Corrí hacia él y caí encima suya, esquivando el balazo que el hombre que minutos atrás estaba reteniendo a Ivanov, disparó hacia Jack.

Noté un crujido debajo mía.

—¡¿De dónde cojones ha salido esta cría?! —gritó el hombre, el mismo con el que había hablado Conway.

Pese a estar un poco aturdida por el trompazo, tuve el tiempo suficiente de mirar a aquel mal nacido y proporcionarle un disparo en el cuello, el cual, para nada se esperaba.

Vi cómo sus ojos se abrían por completo, quizás de dolor, sorpresa, odio... o quizás de saber que en pocos segundos, estaría llamando a las puertas de la muerte.

No sentí repugnancia alguna conmigo misma. Traté de convencerme que aquel era mi trabajo, y que todo lo que había hecho hasta ahora había sido lo correcto, pero cuando vi aquellos ojos, una frase vino a mi mente que me hizo estremecer: "Tú mataste a mi padre mientras uno de todos los gilipollas de tu malla violaban a mi hermana. Ahora que él ya está muerto, tú serás el siguiente"

No, me dije. Conway no mata por placer ni por deporte, si tuvo que matar a ese hombre, tuvo que ser por algo.

Despejé aquellas ideas y miré a mi alrededor.

Sólo faltaba uno más.

—¡Quítate de encima mía, por Dios!

Se me había olvidado por completo que seguía encima de Conway.

Rodé hacia la izquierda y observé que la ventana del final del pasillo, que anteriormente se encontraba cerrada, ahora estaba abierta en par en par. Una brisa cálida entraba por el pasillo, y las cortinas, ya rotas y viejas por los años, se movían ligeramente

—¿Ha escapado? —pregunté, con un hilo de voz.

—Ha escapado —afirmó Conway, mientras se acercaba a Ivanov, cojeando, agachándose hacia él para tomarle el pulso.

Yo me acerqué también, y poco después, escuchamos las sirenas a pocos metros de la casa, y más tarde, tres tiros y un grito ahogado que desapareció con la brisa del viento.

Conway no pareció percatarse.

—Ivanov...

Me arrodillé junto a Conway, lentamente, con el temor de no volver a hablar con Ivanov nunca más, con el temor de no volver a verlo reír, con el temor de... no volver a verlo vivir.

—Conway... ¿está-?

—Está vivo —dijo, enjugándose las lágrimas discretamente, mientras se giraba para mirarme, con los ojos entrecerrados y rojos—. Está vivo, pero tiene el pulso muy, muy bajo, solo un milagro hará que llegue vivo al hospital.

Yo lo miré, sin comprender, sin creerme lo que me acababa de decir.

Lloré.

Y por primera vez en muchos años, sentí cómo mi vida se caía a mis pies, sucios y embarrados, los cuales me pedían abandonar aquella habitación y salir corriendo para evitar escuchar lo que Conway acababa de decirme, para huir de la triste realidad que la vida a veces nos depara.

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.... I'm sorry... el siguiente capituló será aún más intenso... solo digo....
Muchas gracias a toda la gente nueva que está apoyando el libro, os lo agradezco un montón, y los comentarios son ya lo más 🤣🤣💜 muchas gracias, espero que os esté gustando.