CUENTA REGRESIVA

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Me despierto con un fuerte dolor de cabeza, intento llevar mis manos a esta zona para intentar aliviar el dolor y es cuando noto con pánico que no puedo mover mis manos, mis brazos están extendidos sobre mi cabeza y puedo notar la cuerda haciendo daño en mis muñecas, abro los ojos y todo esta oscuro a mi alrededor, intento en vano mover las piernas ya que estas también están amarradas imposibilitando que pueda moverme, mis ojos poco a poco se acostumbran a la oscuridad permitiendo ver mas detalles, es una habitación grande y vacía, si no me equivoco la cama esta en medio del cuarto.

Mi respiración se acelera y las lagrimas comienzan a caer por mis mejillas cuando noto que solo estoy en ropa interior pero eso no es lo que me hace llorar, lo que tiene mi corazón estrujado es no saber si Emmett esta bien o no, estará vivo?, mi subconsciente me mira demacrado pero con determinación, no es momento de entrar en pánico ni pensar cosas negativas, lo mas probable es que el este buscándome en este momento junto con Ted y con papa, me aferro a esta esperanza aunque una parte de mi no lo cree mucho.

No se cuanto tiempo pasa pero poco a poco las lagrimas han dejado de caer por mis mejillas, todo esta en completo silencio, no se escucha ni un solo auto ni algún indicio de que haya gente a mi alrededor por lo que seria inútil intentar gritar por ayuda, eso y que tengo la boca amordazada para que no pueda hacer ningún ruido.

Estoy por quedarme dormida nuevamente cuando escucho pasos acercándose a donde  me encuentro, la adrenalina se dispara ayudando a agudizar mis sentidos, mi vista queda nublada a causa de la intensa luz que de repente se enciende en la habitación, escucho la puerta abrirse en algún lugar y me obligo a abrir y enfocar los ojos, los nervios se abren paso al notar una figura de pie en una de las esquinas, poco a poco se acerca.

No puedo distinguir su rostro ya que la mitad la tiene cubierta con un antifaz negro que hacen relucir sus ojos azules, un azul demasiado claro que le da un aspecto de tener una mirada de hielo, debe ser un hombre joven entre los 25 y 30 años, es alto y por lo que su torso desnudo  me deja apreciar puedo ver que pasa gran parte de su tiempo en el gimnasio, sus músculos están perfectamente definidos y firmes, sin un rastro de bello en pecho, regreso mi atención a su rostro, sus labios delgados están rígidos en una línea áspera, su cabello rubio peinado perfectamente hacia arriba, mi mirada recorre su cuello, bajando por sus hombros anchos, recorriendo una vez mas su torso desnudo, descendiendo por sus largas piernas las cueles solo llevan un pantalón de mezclilla color claro, desgarrado y desgastado por el tiempo, el botón esta desabrochado dándome una pequeña vista de la tira negra de sus bóxer, el se queda quieto observándome completamente a mi también así como yo lo analice hace unos momentos, mis entrañas se revuelven con asco cuando noto un rastro de lujuria brillar en sus orbes azules, lagrimas quieren descender por mis mejillas cuando noto que el camina hacia mi con paso decidido y lento, pero me obligo a mantenerlas a raya, mis ojos siguen cada uno de sus movimientos cada vez mas cerca de la cama donde me encuentro amarrada.

El tipo se detiene junto a la cama justo donde comienzan mis piernas, mi cuerpo reacciona al instante intentando alejarse de el cuando con la uña de su dedo meñique recorre desde mis tobillos hasta mi pantorrilla, obviamente es inútil ya que las cuerdas me impiden moverme y solo logran dañar mis coyunturas por lo apretadas que están, el sujeto sonríe con malicia y sigue su recorrido hasta que llega a mis muslos, su mirada se encuentra con la mía y el miedo me recorre como una ola violenta cuando noto lo inexpresivo de su mirada.

-          Es inútil que intentes huir – su voz ronca arrastra las palabras con demasiada lentitud mientras su uña comienza a hacer círculos en mi muslo – te diré las reglas, dentro de esta habitación yo mando, todo lo que se encuentra en ella me pertenece para hacer con ellas lo que me de la gana y para tu mala suerte esa regla también aplica a ti ya que estas en esta habitación, tu me perteneces, puedo hacer con tu cuerpo lo que me apetezca porque dentro de estas paredes yo soy el amo  --  me da una sonrisa socarrona cuando nota en mis ojos que se de que me habla – claro que tu ya sabes de esto no?, después de todo esto es un negocio familiar.

ENTREGA A DOMICILIO SR. GREY #TheGrey'sAwards (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora