CHAPTER 03

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—¿Cuando empezarás a contar cuál es tu plan? —pregunta Ryan por tercera vez en el día. Si algo es desesperante en Ryan es su manera de insistir en un tema, y más aún si ese tema en específico le interesa.

Si continúa así me dará un dolor de cabeza, y jaqueca.

Ya es hora del almuerzo y estamos camino a la gran cafetería que más bien parece un comedor gigantesco. Más elegancia y lo confundes con un restaurante.

—Luego de comer—pronuncié acelerando un poco más el paso.

—bien.

Respiré aliviada al momento en que dejó de hacer preguntas durante el trayecto de la fila para tomar nuestra comida. Lili no decía nada y lo agradezco, bastante tengo con soportar el interrogatorio de Ryan como para agregarle un posible segundo interrogatorio de parte de Lili. Aunque si lo pienso mejor, no sé porque alargo este tema, tomando en cuenta que de igual modo no habría manera de ocultarlo, no a personas que conocen hasta tu manera de respirar ¿exagerado? Lo sé, pero es la pura verdad.

—Bien, empieza a cantar —declaró Ryan tomando asiento frente a nosotras. Colocó el plato con papas y brócoli sobre la mesa, y como si se hubiese acordado de algo me apunto con su tenedor ya en manos y agregó —: y no hablo de una canción en específico y lo sabes.

Rodee los ojos ante su actitud y su manera de estar apuntandome con ¿Un tenedor?

Bueno sí, me está apuntando con un tenedor. Y me sorprende que no me haya apuntado con un brócoli.

—Primero: deja de apuntarme con el tenedor, pareces haber perdido hasta la conciencia del juicio si es que eso existe—Acomodé mi cabello ligeramente hacia atrás antes de continuar—: y lo que te dije, es que, ojalá me ayude hasta satanás a destruir a... — ¿como menciono el nombre de ese imbécil? — ese.

—y yo que pensé que faltaba tiempo aún antes de que perdieras la cordura —murmura Lili ganándose una mirada asesina de mi parte.

Esta mujer es como la sal a todo tipo de heridas, y aún así la amo.

Ryan parpadeó unas doce veces seguidas, y eso solo lo hacía cuando yo le contaba alguna estupidez grande o cuando no entendía ni mierda de lo que le decía. En este caso sabemos que es la primera opción. Hay una pequeña diferencia entre ellas porque como en este momento me está mirando cómo si me hubiese salido un tercer ojo en la cara.

Ya veré como me acostumbro a esas miradas porque presiento que será la que más me darán en el transcurso de la semana.

Pasaron unos minutos y cuando pensé que me diría que me estaba volviendo loca o algo parecido, suspiró, se inclinó ligeramente hacia el frente y apoyó sus codos de la mesa que se interponia entre los dos de modo en que su comida quedó entre medio de sus codos.

Estamos en una de las mesas que dejan ver claramente las personas que entran o salen del comedor, es prácticamente el centro.

—Sabes qué, ya sé. Si tanto quieres lastimar a alguien te propongo algo.

Los ojos de Ryan dejaron de verme a mí para dirigir toda su atención a Lili quien había hablado nuevamente. Yo por mi parte solo me crucé de brazos y también le preste atención a la pelinegra a mi lado.

—Bien. Te escuchamos—respondimos Ryan y yo a la vez.

—hagamos algo parecido a una apuesta.

—¿Una apuesta...? —preguntó Ryan.

Por el tono de su voz noté que su pregunta no había Sido por el hecho de no haber entendido, sino porque para él suena interesante. Por mi parte, solo visualice mi cabeza enterrada en uno de los futuros agujeros que construiré en mi jardín.

Jugar a perder © (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora