CHAPTER 01

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¿Conocen ese tipo de persona que pasa cada segundo de su vida llorando por algo que es completamente estúpido a los ojos de los demás? ¿O que también se ríe de todo cuando decide estar bipolar?

Bueno, esa soy yo. Aunque en este momento no estoy con un mar de lágrimas en los ojos como Magdalena, esta vez estoy disfrutando del aire fresco que da sentarse en el inmenso jardín trasero y ver las estrellas, ver las cosas que me he perdido de la noche al estar con los ojos cerrados.

Observo el inmenso jardín tal y como mi madre lo quiso, lleno de flores de todo tipo, me he sentado en el pasto justo en dónde está un Caminillo de piedras rodeadas de girasoles.

El jardín es realmente hermoso y pacífico no importa cuando estés, y de todos los lugares decidí estar aquí, para pensar en muchas cosas y en nada a la vez.

Se podría decir que es agradable estar sentado sobre el pasto en el jardín trasero en busca de paz e inspiración, en lugar de estar tratando de que nadie me vea llorar, ya hasta me siento ridícula y estúpida. Cierro los ojos por unos instantes y tomo una gran respiración. Arqueo una ceja al tomar el olor mentalizado de una colonia bastante familiar acercarse cada vez un poco más.

—¿Llorando otra vez? —Ahí está lo que decía.

—No—respondo sin mirarlo.

—Wow. Eso es nuevo—Tanta sorpresa hasta ofende. Se acercó y tomó asiento a mi derecha—.¿Que haces esta vez?

Con esa pregunta de su parte y ese comentario, acaba de decirme lo que ya sé, desearía no ofender me, pero comprendo un poco lo que quiso decir. Me deslicé lentamente hasta quedar recostada sobre el pasto con mi cabeza sobre sus piernas.

—Solo, pienso un poco ¿Sabes? Idear un plan o algo—Empezó a peinar mi cabello con sus manos suavemente, adoro que haga eso. Su mirada me dice su duda, así que para ahorrar cualquier tipo de pregunta de su parte, agregué—: quiero jugar lo mismo que ellos. Tu sabes, cambiar de lugar.

Me encogí de hombros como si hubiese dicho la cosa más normal de la tierra, y por un lado así era, al menos en el instituto lo es.
Detuvo el movimiento de sus manos lentamente y las alejo de mi cabeza.

—Bien. Quien sea que está dentro de ese cuerpo, quiero que por favor salga y me devuelva a mi Emma. Ahora.

Me senté de inmediato al escuchar sus palabras.

¿Y si lo golpeo?

Aunque pensándolo mejor, no estaría mal.

—¡Auch! Mujer —exclama, y casi, casi pierdo la seriedad —Yo soy quien debería de darte ese manotazo por decir tremenda idiotez—. Me fulminó con la mirada y yo intenté no reír a toda costa—, pero ya hablando en serio, que regrese.

—No. Ella no va a regresar —Estuvo a punto de decir algo pero lo interrumpí —¿Que no ves que ya es suficiente? Estoy cansada ¿Sabes? CANSADA de terminar siempre en el jardín llorando como una idiota por la misma estúpida razón. Además dijiste que debía de hacer algo diferente.

Ok, ya exageré un poquito, y sé que tal vez estoy haciendo un berrinche sin sentido a la vez que si lo tiene, pero es exasperante sentirse tan idiota, da rabia, da dolor, solo quiero hacer algo diferente, no sé, ver qué se siente cambiar de papel.

—Es por Adam ¿cierto?

—¿Podrías no mencionar su nombre?—susurré con odio.

Respiro un poco pesado por la rabia que empiezo a sentir al recordar tantas cosas a la vez, y de su parte solo hay silencio.

Jugar a perder © (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora