Mine [Kookmin au] 📘

lxxi

1/3 👀💛

Pov Mochi

─Tranquilo, nadie puede hacerte daño ahora─Las palabras del hombre frente a mi llegan a mi oídos de una forma extraña. Como si se tratase de un un zumbido entendible.

Las luces blancas en toda la habitación comienzan a cegarme y darme dolor de cabeza. El humo del café frente a mi comienza a tomar formas extrañas. La ropa limpia que me habían brindado hace unas horas no se ajusta ni un poco a mi cuerpo. Pero lo que más me irrita es el hecho de sentir la presencia de más personas detrás del cristal a mi lado, se que me están analizando, se que quieren toda la información posible y se que están esperando respuestas de mi parte.

Pero mi mente solo es capaz de pensar en una sola cosa, o mejor dicho, persona. Nochu. ¿Está bien? ¿Ya está consciente? ¿Está muy lastimado? La sola posibilidad de que algo muy malo le haya pasado me obliga a retener lagrimas con todas mus fuerzas. Y me fuerzo a tener una expresión en blanco. Como si estuviese aturdido por la muerte de mi secuestrador y no triste.

─¿Park Jimin?─La voz del hombre llamando mi nombre me obliga a levantar la vista con pesadez y el sonríe  al pensar que tiene toda mi atención cuando la realidad es que mis ojos parecen estar fijos en él pero no lo miran─¿Te sentís bien?─Me pregunta poniendo su mano sobre la mia con amabilidad. Mano que yo aparto de inmediato alejándome de la mesa de interrogatorio.

No quiero que me toque nadie que no sea Nochu.

Observo al oficial que parece sorprendido por mi reacción y mira con extrañeza hacía el cristal para rápidamente volver su mirada a mi. Como si no quisiera que yo note la presencia de más personas detrás de esa "pared"

─¿Te puedo hacer algunas preguntas?─Su mirada se fija en mi y en su rostro se dibuja una sonrisa amable y compresiva. Como si comprendiera el hecho de que mientras estoy aca sentado teniendo esta charla completamente inútil el amor de mi vida podría estar muriendo.

Asiento con tranquilidad y su sonrisa se estira un poco más para finalmente abrir el cuaderno sobre la mesa.

─¿Cuál es el nombre de tu secuestrador?─ La primer pregunta es como una bomba para mi.

Porque me recuerda a aquella vez que se lo pregunte. Luego de hacer el amor mientras ambos nos abrazabamos con cariño dejando besos y caricias sobre el contrario. Cuando le pregunte ¿Cuál es tu verdadero nombre? Y su respuesta fue algo que yo sabia pero nunca creí.

─No tiene nombre─Respondo con la mirada fija en mi zapatos.

─¿Por qué?

─Porque las personas como él no necesitan un nombre

─¿Personas como él?

─Sicarios

Al decir esa palabra levanto la vista y casi arruino todo cuando estoy a punto de carcajear debido a su expresión de sorpresa suprema.