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1 mes después

Pov Mochi

¡Jimin baja a almorzar!─La voz chillona de esa mujer llega a mis oídos logrando irritarme al instante.

Salgo de mi habitación y bajo las escaleras con tranquilidad siendo recibido por la sonrisa llena de arrepentimiento de mi padre.

Es curioso como las personas cometen errores y después se piensan que con una sola acción ya están perdonados.

Un mes viviendo en esta casa fue suficiente para darme cuenta de la razón por la que mi padre nos abandono. Porque con nosotros jamás habría tenido esto. Jamás habría tenido una casa tan grande y elegante porque los medicamentos y tratamientos de mi madre eran demasiado caros. Jamás habría tenido un hijo tan alegre y ruidoso porque yo no jamás fui así.

Y ahora quiere que yo sea parte de esto. Porque una parte de él se siente responsable por mi supuesto secuestro. Y vivir en esta maldita casa no es muy diferente a haber vivido con mi madre. No me dejan salir ni a la esquina. No me dejan hacer nada solo. Como si fuese un pequeño niño. Incluso la mujer parece desesperada por mi aceptación. Aceptación que nunca va a tener porque no la necesita.

─Hoy voy a salir a caminar y no voy a aceptar un no como respuesta─ Digo firmemente captando la atención de los dos adultos.

De pronto siento como un pequeño cuerpo choca contra mi pierna obligándome a bajar la mirada. Mi media hermana.

─Jangmi, no corras por la casa, te podes lastimar. Veni vamos a cambiarte─Es lo que dice la madre como pretexto para salir del comedor y no tener que escuchar la conversación que estoy a punto de tener con mi padre.

─Jimin

─No te preocupaste por mi en años. No quieras preocuparte ahora. No te sale. Voy a volver para la cena─ Es lo único que digo para salir de la casa y empezar a correr por la calle por miedo a que me siga y se de cuenta de que estoy haciendo.

Y es que en este mes me tuvieron tan vigilado que nunca fui capaz de ir a buscar mi celular. El único celular con el que soy capaz de comunicarme con mi verdadera familia y el amor de mi vida. Y es que cada día sin saber nada sobre ellos me estaba asfixiando.

Finalmente llego a la estación de metro subterráneo y me dirijo a los casilleros. Casilleros en los que había dejado el bendito celular. Abro el indicado con la contraseña numérica que recuerdo a la perfección y la abro para finalmente tomar mi celular. Que no tiene ni un poco de batería. Pero lo bueno es que esta en mis manos.

Suspiro aliviado y me dirijo a un cibercafé. Necesito saber de ellos ahora mismo o siento que voy a enloquecer.

─Hola ¿Qué puedo ofrecerle?─Una adolescente de sonrisa brillante me recibe con extrema energía y amabilidad y sin siquiera intentar retenerlo una mueca aparece en mi rostro.

─Un americano y necesito un cargador, mi celular se murió y realmente necesito hacer algo.

─Yo le puedo prestar un cargador─Me responde con amabilidad para darme un cable haciendo que suspire con alivio. Bien quizá no era tan insoportable─Tome asiento y el pedido lo llevaremos a su mesa.

─Muchas gracias─Es lo único que digo para inmediatamente sentarme y enchufar mi celular al cargador.

Y al encenderlo mi celular es acribillado por notificación tras notificación.

Y solo soy capaz de respirar antes de abrir cada mensaje rogando en mi interior porque todo este bien

Y solo soy capaz de respirar antes de abrir cada mensaje rogando en mi interior porque todo este bien

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Mine [Kookmin au] 📘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora