5. en la misma cama

10.7K 531 687
                                    

Narra Negan.

La he dejado sola en mi puto cuarto.

Probablemente esté durmiendo. O incluso puede estar revisando mis cosas, no lo sé. De todas formas, soy lo suficientemente inteligente como para mantener todo en una posición que sólo yo puedo dejar así. Si toca algo, me daré cuenta en cuestión de milésimas.

¿Que más da?

No sale de mi puta cabeza y me frustra. Es la maldita hija de, ahora mismo, mi peor enemigo. Una chiquilla que recién está comenzando a volar y sin embargo, me sorprende en oportunidades de veces con sus respuestas maduras e impropias para su edad.

Odio los cuartos del resto de las personas.

Odio los putos cuartos desordenados, los cuales no están a mi manera.

He mandado al puto Simon con Dwight. Tal vez a ese hijo de puta le haga un poco de falta el acercamiento físico, por lo que ahora le estoy cumpliendo un gran favor que de seguro me estaba implorando por dentro, pero su maldita y jodida habitación me da rabia.

¿Por qué ordena todo de manera desprolija?

Tendría que estar al menos un día conmigo acomodando como para aprender de buena manera y no como la de seguro su puta madre le enseñó.

Joder, oler su pelo me ha traído demasiados recuerdos. Tocar su maldita piel suave como una seda, apreciar su joven carne en mis yemas, manteniendo los dos contacto físico... ha sido demasiado increíble.

Pero ahora no puedo quitarme a esa mirada de niña peligrosa.

No puede salir de mi mente ni por más que me esfuerce como un puto imbécil.

¿Donde estás tú cuando más te necesito, Lucille?

— Tienes que aparecer y no lo haces. Pero si apareces cuando nadie te lo pide, ¿eh? Si que sigues siendo jodida, nena.

Me acuesto en la puta cama de Simon. Tiene olor a perro mojado y abandonado. Me da asco.

Miro hacia todos los rincones, incluso hasta observo la punta de la cama, pero ella no está.

— Supongo que esta noche no vendrás con tus charlas estúpidas. ¿Tengo que alegrarme o suplicarte porque si lo hagas?

No hay señales de mi maldita mujer difunta.

No está ni cerca. Hoy no tiene ganas de escucharme, pero cuando no es el momento oportuno, tiene todas las cartas ganadas para hacerme las cosas demasiado jodidas.

— Tal vez Lucille no esté, pero yo si.

Mi cuerpo se sobresalta.

Está parada frente a mi.

Tiene el pijama de seda negra que yo mismo me encargué porque se pusiera.

¿Es ella?

No.

Esto tiene que ser una jodida broma.

Me refriego los putos y jodidos ojos. ¿Acaso Lucille luce así hoy?

Definitivamente no.

Es la cara de la maldita niña de Rick Grimes.

Desde que este puto mundo comenzó, he tenido todos los puñeteros días alucinaciones con mi difunta mujer, a quien la he homenajeado con su nombre en mi preciado bate de béisbol, Lucille.

Ella aparece cuando menos la espero. Por lo general es por la noche. Es mi mayor terapeuta, a quien a veces le lloro, otras veces le grito, y muchas veces hasta me río con ella porque aún mantiene esa esencia con la que murió.

ÉXTASIS (NEGAN) +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora