30. ebrio

2.6K 235 130
                                    

Theo se encargó de traerme la cena a la habitación.

Me pareció amable, a comparación de su hermana.

Apenas pude comer dos bocados de la comida. Estaba deliciosa, pero mi estómago se encuentra completamente cerrado.

Con todo lo que he dormido durante el día, y aún más sabiendo en que Negan se encuentra fuera, me es imposible poder dormir nuevamente.

Los pensamientos que corren por mi cabeza no dejan de que yo piense en otra cosa que no sea lo que yo llevo dentro mío ahora mismo.

Y no lo digo en el sentido de que quiero echarme hacia atrás, al contrario. Cuanto más antes acabe con esto, mucho mejor será.

Miro las píldoras que se encuentran ahora mismo en mis manos. Tienen diferentes nombres, y una tiene menos cantidad que la otra. Supongo que tendrán un funcionamiento diferente, y que si estuviese mi madre viva, podría explicarme sobre el tema.

De hecho, ella intentó hacer esto con Judith, aunque tuvo valor y agallas, y a pesar de todo, continuó.

Pero el caso de mi madre fue diferente. Papá... Incluso con Shane vivo, asumió en que le pertenecía a él.

No sé que hubiese pasado si Shane continuaba vivo. Probablemente Judith no hubiese crecido a nuestro lado. Por más de la exigencia de mi papá a mi madre, Shane estaba en todo su derecho de reclamar su paternidad.

Todos sabemos que Judith no es hija legitima de Rick Grimes, pero en eso si estoy de acuerdo con él.

La sangre no es lo que nos transforma en familia.

La crianza y ser un fuerte apoyo en la vida de un hijo, es lo que más importa.

Me sobresalto en la cama cuando escucho y veo el picaporte de la puerta bajándose.

Meto el blister y frasco de píldoras dentro del bolsillo de mi chaqueta, la que aún tengo puesta, escondiéndolas.

Por la puerta se hace presente el líder de los Salvadores.

Paso saliva, nerviosa, con mis dedos temblando.

Él, silencioso, sin cruzar su mirada con la mía, cierra de la puerta y se quita su chaqueta, dejándola encima del perchero que está al lado de su clóset.

— Hola. — me animo a hablar.

— Hola. — dice, aún ignorando el hecho de tener que verme a los ojos. — Ruby, la cocinera, me ha dicho que no comiste nada. ¿Por qué?

— Tal vez el disparo... No lo sé. Tal vez me ha quitado el apetito. Intenté comer lo que más pude.

Negan se posiciona delante de un mueble que, hasta ahora, no sé que lleva dentro.

Abre de sus puertas principales, las más grandes del mueble, dejando ver de tal modo que dentro hay botellas de vinos, vodka, tequila y whisky, con su respectiva cristalería.

Toma un vaso de medida de whisky, junto a una botella de Johnnie Walker Red Label.

Se sienta en el sofá que se encuentra delante de la cama, a dos metros de distancia.

Posiciona sus pies en la pequeña mesita de café, sirviéndose de su bebida alcohólica.

— ¿Puedo preguntar donde has estado? — asiente, sin más.

— Me fui simplemente a tomar aire. Destrocé algunas cabezas podridas con mi bate, caminé, y aquí estoy.

— No has dormido ni un poco. Estás hace más de veinticuatro horas despierto, ¿y tienes la cordura de tomar whisky a esta hora?

ÉXTASIS (NEGAN) +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora