- Bien. Toma un sorbo del té. Si sigues mirándolo, se va a enfriar.
Giro mi dedo índice sobre la circunferencia de la taza de té que Negan ordenó en su cocina para que me prepararan.
Una mujer amable, a quien solo vi por segundos del otro lado de la puerta del cuarto de Negan, lo ha traído.
Me encuentro sentada en el sofá espacioso que Negan tiene en su habitación.
Él se encuentra frente a mi, sentado en la mesa pequeña de café.
Tiene sus manos reposadas en el filo de la madera de su mesa y me observa atentamente.
Yo ni siquiera me atrevo a hacerlo. Sólo estoy mirando al punto fijo de la taza, viendo el vapor irse hacia arriba, esparciéndose por los aires.
- Para ser Salvadora, uno de los requisitos es hablar, muñeca. Sino, ¿cómo tendremos comunicación?
Y a pesar de la situación de mierda que estoy atravesando, este hombre me hace sonreír como una estúpida.
Me toma del mentón con su dedo índice y me obliga a observarlo. Él también lleva una sonrisa pintada en sus labios.
- ¿Y bien? Necesito saber qué pasó.
- ¿Tienes alguna sospecha de qué ha pasado? - le digo, suspirando.
- Pues no me cabe la menor duda de qué la razón es tu padre, claramente. Pero me gustaría saber qué mierda fue lo que aquel hijo de puta ha hecho como para que luego de haberte ido hace algunas horas atrás, hayas vuelto.
Decido darle el primer sorbo a la taza de té.
El líquido caliente pasa por mi esófago y relamo mis labios tras morder el inferior por una milésima de segundo. Negan los observa y noto a sus nudillos emblanquecerse.
- Sabe que estoy contigo. - confieso. La cara del líder cambia repentinamente. Como si un fantasma ahora mismo estuviese viendo. Yo me río apenas. - No del modo que tú crees. Es decir... no que estoy específicamente contigo.
- Nena, me encantaría comprender qué me intentas decir, pero con palabras sueltas no... - le interrumpo de inmediato.
- Sabe que estoy con un Salvador. Alguien de mi grupo siguió mi rastro hasta aquí. Además de que, hace unos días atrás, tú me dejaste marcas, y ya era una sospecha. El punto es en que apenas llegué a Alexandria, a los segundos él y varios de mi grupo también lo han hecho. Y apenas me vio...- la voz se me quiebra, y aunque quiera continuar, Negan no me lo permite.
- Ya. - dice, poniéndose de pie. - ¿Te ha echado de tu comunidad? - niego con la cabeza.
- Me he ido por cuenta propia. Si él no hubiese reaccionado de tal forma, sinceramente, dudo haberlo hecho. Pero jamás... joder. - el llanto sale de mis labios y las lágrimas desprenden desde mis ojos hasta mis mejillas. - Jamás se comportó así.
- ¿Así como? - paso saliva. ¿Merece la pena tener que decir como fue realmente todo, o es mejor quedarme en silencio y ya? Miro a Negan aterrada, quien tiene a su mirada fija en mi, casi sin pestañear en ningún momento. - Alaïa, ¿así como?
- Me tomó del brazo. Me lanzó al suelo. Me gritó y humilló frente a todo el mundo, sin contar en que también luego me metió dentro de mi casa y continuó allí la pelea. Estaba decidida en abandonar todo en ese instante. Escapé a mi cuarto, y ahí su furia incrementó más. Me empujó, me hizo doler la cabeza, gritó a grandes voces, y yo con lo único que pude herirle, fue con todas las palabras que mi garganta acumulaba de hace años. Cuando salí de la comunidad, me dijo que si realmente lo hacía, ya no pertenecería allí. Y sin nada de ropa, sin nada mío... pues aquí estoy.
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ÉXTASIS (NEGAN) +18
FanfictionDos personas. Dos bandos conflictivos y competitivos. Ella intentará odiarlo, en honor a su padre, a su familia, a su mejor amigo y a toda su comunidad, la cual quiere representar. Sin embargo, cuando se vea dentro del éxtasis en el cual él, el líde...