7. erótico sueño

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— Había ido por ti. — Daryl ríe con aire cínico. — ¿Puedes tomarme enserio?

— Sigue, Alaïa.

— Fui por ti, pero pasaron cosas. Y entre aquellas cosas, la extorsión que Negan utilizó conmigo para hacerte daño a ti, cosa que claramente no podía permitir, Daryl.

— Ajá.

— Joder, hombre. ¿Realmente te piensas que voy a acostarme con alguien que...

— Puedo entender que te haya obligado a dormir con él.

— No, las cosas no han sido así en un principio, porque... — me interrumpe, elevando a su voz de manera que mi corazón late sumamente fuerte.

— ¿Pero como mierda sabe entonces de tu tatuaje, Alaïa? ¿Crees que he nacido ayer?

— No, claramente no pienso eso. No sé como es que lo averiguó, para serte sincera. Pero de lo que si estoy completamente segura, es que el pacto fue otro. Me obligó a pasar la noche en el Santuario, extorsionándome. Llegamos al trato de que yo dormiría en su habitación, pero él en otra. ¡E incluso eso pasó! Pero luego de una hora, regresó. Y se recostó a mi lado, pero no pasó nada más. — cruzado de brazos, niega con esa sonrisa cínica que me pone de los pelos. — ¿Por qué estás empecinado en creerle a ese hijo de puta y no a mi? ¡Mató a Glenn, Daryl! ¡Sabes perfectamente lo tan importante que era para mi! ¡Estar con él, aunque incluso fuese el hombre más atractivo del mundo, sería sumamente una traición, y algo hasta imperdonable! — me encuentro desesperada. Peor, mucho peor me pone el hecho de saber que él, prácticamente, no hace caso a nada de lo que le digo. — Pensé que el reencuentro sería diferente, ¿sabes? Realmente pensé que iba a ser de otra manera, pero me doy cuenta de que tú, lo único que quieres, es seguir a tu orgullo. ¿Y sabes qué? Yo no soy quien para obligarte a nada, Daryl. Así que si no me quieres creer, entonces, yo ya no tengo nada que hacer aquí.

Me doy la vuelta sobre mis propios talones, para irme de tal lugar y escapar.

De todas formas, su agarre sobre mi muñeca hace que yo me dé nuevamente la vuelta y choque de manera abrupta a mi pecho contra el suyo.

Me acorrala sobre la pared, toma con su otra mano de mi mentón y me besa de manera tan inesperada, que incluso me roba todo el aire que acumulaba en mis pulmones.

Mi espalda presiona contra la pared, mientras que sus manos se sostienen de mis caderas.

Las mías, en cambio, sujetan a sus mejillas rasposas, adorando con mi lengua de la suya, sintiendo todo un calor que viaja desde mis dedos de los pies hasta mi cabeza.

— ¿Te quedan claras las cosas, Dix?

Mordiendo a su labio inferior, me obliga a darme la vuelta y rodea suavemente a su mano contra mi cuello.

Llevo unos shorts negros de jean, lo que le da facilidad para bajar un poco de ellos y manosear a su antojo de mi trasero.

Creo que, luego de mis labios y mis ojos, es otra de sus partes favoritas de mi cuerpo.

Escucho el cierre de su bragueta. Sé que es lo que se aproxima en los próximos segundos y la Alaïa interior salta de la alegría.

— Prometo quitarlo antes de tiempo. — gruñe con su voz bestial, apoyando una mano en mi hombro, rozando con la otra de la punta de su miembro sobre mi entrada húmeda. — Estás lista.

— Siempre lo estoy para ti, Dixon.

Me tapo mi propia boca en el momento que su masculinidad entra en mi. Había echado de menos su longitud, su dureza, su calidez.

ÉXTASIS (NEGAN) +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora