ÉXTASIS (NEGAN) +18

28. disparo y sorpresa

Definitivamente nada de lo que sucedió fue un sueño.

La adrenalina corrió por nuestros cuerpos. Estar expuestos sin saber que podría haber pasado, o si alguien pudo habernos pillado, provocó que la situación se diera de manera más erótica.

Sin embargo, no fue mucho lo que duró en público.

Negan decidió llevarnos a su habitación, y hasta que el sol se escondió en su atardecer, no paramos.

Ser calificada en este momento como su novia, es completamente increíble. Y puedo hasta afirmar que haber "hecho el amor", como bien él lo definió, se sintió de otro modo a como veníamos haciéndolo.

— ¿En qué piensas?

Su voz me trae nuevamente a la realidad.

Alzo apenas mi mirada, viendo la pequeña papada que se forma en su cuello al bajar su cabeza para observarme.

Sonrío, acariciando su barba bicolor.

— Estaba procesando la manera en la cual follamos, eso es todo.

— Fue una mezcla entre follar y disfrutarnos con tranquilidad, ¿verdad?

Meneo mi cabeza.

En cierta parte, puede ser.

Fue raro, pero no en el mal sentido.

Simplemente no me lo esperaba de ese modo, y me sorprendió.

También me gustó, y mucho.

— Joder, Negan. — me siento de repente en el colchón.

Negan lleva su antebrazo hacia detrás de su cabeza y frunce su ceño.

— ¿Qué? ¿Por qué esa cara de espanto?

— ¿Acaso no tenías una reunión? Recuerdo que antes de que todo comenzara, mencionaste que sólo tenías una hora.

El líder de los Salvadores suelta una risita ronca.

— Tenía, bien lo dijiste. Además, ¿por qué te alarmas? Yo soy quien decide las reuniones, por lo que también soy quien decide si quiero ir o no.

Buen punto.

Tiene razón, en cierta parte.

— Bueno... viéndolo de ese modo, tienen sentido tus palabras. ¿Pero puede aquello joder las cosas? O... no lo sé. No me gustaría que por mi culpa comiencen a decir cosas de ti.

Negan chasquea su lengua con su paladar y me mira con obviedad.

— Muñeca, ¿piensas que alguien va a atreverse en decir cosas de mi? — sólo aprieto mis labios. — Además, sin sonar con arrogancia... ¿piensas que eso va a importarme a mi, el líder?

No puedo retrucar absolutamente nada de lo que dice, porque a fin de cuentas, tiene razón.

— Lo siento. A veces olvido que estoy tratando con un líder. — él sólo sonríe de soslayo. — ¿Qué tienes pensado cenar?

— ¿Ya estás pensando en la cena? ¿No crees que es temprano aún, muñeca?

Me encojo de hombros.

— Creo que ha pasado suficiente tiempo desde la última comida, y... además, luego de todo el entrenamiento físico que ambos hicimos, ¿no crees que es una excelente excusa?

Suspirando, toma asiento en el centro de la cama.

Yo le miro, fingiendo un puchero en mis labios.