31. not mine

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El cuerpo completamente adormilado y cansado de Negan se remueve en la cama.

Desde que lo acosté por la noche, luego de su clara ebriedad, no se inmutó por ni un solo segundo. Ni siquiera para ir al baño.

Ya son las nueve de la mañana, me he atrevido a tener que desayunar antes de ir hacia la enfermería para cambiarme el vendaje de mi herida, me duché, ordené la ropa limpia que de lavandería me enviaron, y así y todo, él continuó durmiendo plácidamente.

Le he pedido a Carson que me brindara aspirinas. Es claro que al despertar, tendrá un terrible dolor de cabeza.

Y de hecho, me lo demuestra al quejarse adormilado, con sus ojos bien apretados y aún cerrados, tosiendo levemente, dando vueltas sobre la cama.

— ¿Alaïa? — toca la cama, buscándome.

Sonrío, mordiendo mi labio inferior, tras ver como suspira aún con sus ojos cerrados, con indignación tras no encontrarme a su lado.

Mira el techo, posicionando sus manos sobre el pecho, con sus quejidos evidentes por la resaca que padece.

— Hey, señor ebriedad.

Negan se sobresalta al escuchar mi voz y apunta su mirada hacia mi.

Me encuentro frente a la cama, en el sofá individual que se encuentra.

Él me observa pasmado, sin poder creerlo.

— Pensé que no estabas. — lleva sus dedos hacia el puente de su nariz, apretando de él. — ¿Por qué no estás en la cama?

— Tal vez porque son casi las diez de la mañana, porque ya me duché, desayuné, y fui a la enfermería también.

— ¿A qué fuiste a la enfermería?

Parece poco importarle el resto de actividades que hice. Y sé que por su mente pasa una sola idea, la cual es completamente errónea a lo que piensa en este momento. Al menos por ahora.

— Fui solo a cambiarle el vendaje, eso es todo.

Suelta un suspiro.

Me pongo de pie, haciendo una mueca quejosa por sentir la herida tirándome en mi estómago.

Camino hacia su mesa de noche y tomo la aspirina, entregándosela junto a un vaso de jugo de naranja.

— Toma. Sé que lo necesitas.

No dice nada al respecto.

Se acomoda en la cama, sentándose, con muecas de afligido y dolorido en su rostro, reposando su cabeza sobre el cabezal de la cama.

Mete la pastilla en su boca, toma un sorbo de jugo y echa su cabeza hacia atrás, tragándola.

Me siento cuidadosamente en el borde de la cama, pegándole suavemente en su muslo cubierto por la colcha negra.

— Si que te gusta tomar whisky, ¿eh?

— Mierda. — dice, llevando las palmas de sus manos a los ojos, quejándose. — Lo siento.

Recuerdo las palabras que ebrio me dijo y dudo en si preguntarle sobre aquello o no.

¿Habrá sido un delirio de su borrachera, o por estar así me confesó algo que nunca jamás me reveló?

Eso me dejó pensando gran parte de la noche.

En sí, apenas pude dormir. No sólo por aquellos pensamientos, sino que también por el olor a alcohol que apestaba a mi lado.

Que me haya buscado en la cama me ha dejado calma. Significa que dio por sentado en que dormí con él.

Tal vez, sobrio, no lo habría querido. Y yo habría pasado la noche completamente sola.

ÉXTASIS (NEGAN) +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora