Mi serpiente -HANSY-

Capítulo 4

Veía al buscador de Gryffindor volando con su Saeta de fuego bastante alto en los cielo. No lo veía desde que salió abruptamente del Gran Comedor y no se lo había topado en las dos clases que compartían hasta ahora que inconscientemente se dirigió al estadio de Quidditch para verlo volar como muchas veces antes. Aunque lograba enconderlo muy bien siempre lo estaba observando y pendiente de él sin poder evitarlo, lo cual le irritaba muchísimo. Era la princesa de Slytherin los alfas debían estar pendiente de ella, no al revés. Sin embargo debía admitir que Potter había hecho de todo para acercarse a ella, pero simplemente lo ignoraba. Es que no podía evitarlo, siempre sintió una cierta atracción por Potter, pero él nunca le dedicaba ninguna mirada solo la miraba cuando se peleaban y ahora que se enteraban de que eran predestinado le ponía toda la atención del mundo. Mejor que se jodiera. No necesitaba un alfa que la quisiera por ser una omega sino por ser Pansy Parkinson, una Slytherin de tomo y lomo. Lo que no esperaba lo que escucho anoche decir a su amigo Draco, solo pensar en que Harry llegara a ese extremo por culpa de ella se le partía el corazón y le daban ganas de hacerse bolita y llorar por ser tan egoísta. Tenía que hacer algo.

Sigilosamente se escabullo a los camerinos de Gryffindor hasta la zona de los casilleros, conocía de memoria cual era el casillero de Potter, con un simple alohomora lo abrió llegándole de golpe el aroma del alfa haciéndole sentirse nerviosa. Saco la camisa de quidditch junto con corbata de su uniforme. Las olfateo y sintió que sus pierna se volvía gelatina. Guardo las dos prendas en su bolso rápidamente antes que alguien la atrapara robando esa ropa. No era la primera vez, pero debía ser precavida. Dejo una nota en un lugar que la viera enseguida, claramente la nota no estaba escrita con su letra sino con un hechizo había cambiado la letra e hizo que su aroma no quedara impregnado. Cerro rápidamente verificando que todo estuviera tal cual cuando llego. Por último, lanzó un hechizo eliminando su aroma del lugar y se fue de ahí como si jamás hubiera estado en ese lugar.

El aterrizaje fue perfecto en medio del campo de Quidditch, se secó el sudor de la frente y se dirigió a los camerino, se sentía cansado estaba seguro de que había estado volando por horas y que se había perdido una clase, aunque sinceramente no le importaba mucho que digamos. Con su Saeta de fuego al hombro entró en los camerinos, la cual dejo en una banca para sacarse toda la ropa y meterse a dar una ducha de agua fría. Salió de la ducha con una toalla en la cintura y secándose el cabello dirigiéndose a donde estaba su casillero. En el momento de abrirlo cayo una nota al suelo, la tomo notando que tenía ningún olor y la letra no se le hacía familiar.

"Sé que sabes meterte en la Casa de los Gritos desde el colegio, necesito que nos reunamos ahí. Si quieres que te devuelva tu ropa perdida, deberías venir después de la cena."

-Ni siquiera una firma-gruño al saber quien escribió era quien le estaba robando la ropa desde hace semanas. -Ah por Merlín, mi corbata y mi camisa-dijo cerrando el casillero de golpe. Ya era la tercera corbata que se llevaba y se habían llevado su camisa favorita de Quidditch.

Se vistió bastante molesto con la situación de su ropa desaparecido, de por si tenía problemas más importantes que arreglársela con un loco que le roba la ropa, iba ir a esa estúpida cita y arreglar todo eso, además le iba a cobrar todo el dinero que había gastado para reponer la ropa que le faltaba, lo que era mucho dinero por culpa del idiota alfa de su amiga. Nunca más iba ir de compras con el hurón desteñido.

- ¿Tu corbata? -pregunto Hermione al ver a Harry llegar a la clases de Transformaciones.

- ¿Tú que crees? -puso sus libros de golpe en la mesa, no estaba de buen humor para estar en clases, pero si seguía faltando a clases el director Snape lo iba a torturar. -De nuevo me sacaron ropa de mi casillero.