Dagas y garras

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El sol estaba en el punto del atardecer, rojizo , brillante, a punto de caer y dar paso a la noche

—Yukichi, ¿Qué debemos hacer?—preguntaba Mori angustiado por la toma de decisión mientras se servía una copa de vino, la cuarta de la tarde —Necesitamos al dragón para curar a Akiko, pero también para recuperar a Dazai de las garras de esa loca o entregarlo a su respectivo dueño para prevenir una guerra atroz. —bebiendo hasta el fondo —Cualquier escenario es terrible.— Se empezó a llenar otra vez la copa.

—Deja de beber, necesitamos pensar con claridad —Se la retiró de la mano —Entiendo que estemos en una situación muy difícil, pero debemos ser sensatos.

—Yukichi, el caballero, el rey de la diplomacia. —exagerando el último título, bajo influjo del alcohol su voz burlona resaltaba más —¿Tienes alguna idea?

—No es como que podamos cortar el dragón en tres y repartirlo, como si fuera un pastel de cumpleaños.

—Amor, ¡eres un genio! —Con una sonrisa siniestra —En realidad eso no es una mala idea.

—¿Tan rápido estás borracho?

—No, pero antes de dividir el pastel hay que revisar que todos tengan invitación para la fiesta. —Se puso de pie y camino a la entrada. —Hay que hacer una pequeña visita a la reina de fuego.

—Espera...no puedes ir así —Lo detuvo en su andar —primero toma un baño relajante y explícame cual es tu plan, después descansarás ya casi anochece no podemos llegar así como así.

Mori permaneció en su lugar con la cabeza cabizbaja —¡Esa bruja tiene a mi heredero!, y parece a que a ti eso no te importa para nada —hablaba cada vez más fuerte —Creo en el fondo tu ni siquiera me quieres, en ocasiones pienso que solo actúas como el diplomático que te enseñaron a ser y a mi me dejas en segundo plano, tal cual como aquella vez que decidieron romper con nuestro compromiso, ¿porque no peleaste?

—El alcohol, la ira y la frustración es lo que está hablando en este momento. —inmovilizándolo con ambos brazos, y tratando de transmitir un poco de calma al pelinegro —Te estas alterando, en el pasado se que no fui lo mejor pero mi diplomacia evitó una guerra entre los otros reinos contra el tuyo —Lo abrazó con más fuerza —También estoy preocupado —lo giró para quedar frente a frente, para así mirarlo fijamente a sus ojos color vino —Quizás no estoy tan alterado como quisieras o esperas verme, pero de los dos debo ser fuerte para ti, sensato para ti —Le dio un ligero pellizco en la mejilla —Debo ser el cuerdo de esta relación.

—¿Me acabas de llamar loco?

Le dio un beso —¿No lo eres?, solo uno se atrevería a meterse en un duelo conmigo a tan solo segundos de conocerme, un loco se iría a una guerra solo porque le rompieron el compromiso con su príncipe soñado, un loco que sin dudar adoptaría a una niña semi mágica, un loco iría sin un plan a ver a su eterna enemiga.

—¿Príncipe soñado?—bufo—te estás enalteciendo demasiado.

—¿Acaso no lo soy? —Con una sonrisa —Aún recuerdo a cierto príncipe que se quejaba del terrible frío que se siente aquí y aun así se pasaba todo el tiempo a mi lado tan solo para verme entrenar, mientras tiraba baba.

—¡No babeaba por ti! —enrojecido como tomate — Y para tu información si tengo un plan.

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—¡Vengan!, acérquense, miren al cachorro que habla —gritaba un hombre muy enorme y bigotudo, una multitud se acercó para rodearlo y así poder ver tal maravilla de la naturaleza.

—Vamos, también quiero verlo —decía un ojiazul cubierto con una capa color negra, tomada de algún balcón.

—Chuuya, no deberías caer en esas estafas tan obvias —Un chico con vendajes y cubierto por un saco color arena —Se ve que eres turista en todo, tu confía en mí.

Reinos [FIC BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora