¡Vivamos la aventura!

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—¡Por fin! una cama —Hablaba el pelirrojo, agotado por el rápido escape del reino de fuego más la competencia de vencidas —No es tan cómoda como la mía pero bastará si tomo ambas almohadas podré conciliar un poco el sueño.

—Chuuya, se que eres un príncipe y que nunca has salido de tu palacio, pero —acercándose hasta él y arrebatando una de las almohadas —Aquí no lo eres y debes compartir, no hay lujos y debes adaptarte.

—Si, si, si ya entendí —acurrucándose en la cama —¿Dónde dormirás?

—¿No es obvio? —Acostándose en el otro lado de la cama —No olvides que yo también soy un príncipe heredero, no esperes que quiera dormir en el piso.

—¡Ja!, y hace un momento me decías "adáptate".

—Si, pero si hay una cama donde ambos podamos dormir, no veo la necesidad de dormir en el piso.

Ambos acostados en una cama de un hostal, en el reino del rayo a días del gran festival, decidieron descansar, en el transcurso de la noche, de estar cada uno en sus respectivos lados, poco a poco se acercaron y cuando el sol salió, dando la bienvenida a un nuevo día despertaron, Dazai se encontraba debajo de Chuuya que se había extendido como estrella de mar, con un brazo y pierna sobre el castaño.

—Chuuya, despierta

—mm cinco minutos más —Más dormido que despierto

—Es que pesas.

Se incorporó —¿Volviste a llamarme gordo?, sabes bien que es músculo

—Jajaja, ahora que te has despertado, ¿Por qué no vas a traer el desayuno?

—¿Ah?, no soy tu sirviente.

—Yo te estuve sirviendo, nunca me queje, me supe adaptar —arrastró esto último con bastante énfasis —Además es el deber de los mayores cuidar de los menores, si no eres un príncipe lo único que te queda es ser una persona ordinaria que puede traer el desayuno. —volvió a taparse con las cobijas —Una misión simple, despiértame al medio día.

—¿Desde cuándo eres tan mandón?

—Bueno ya no tengo que fingir ser tu sirviente, y por ahora somos iguales, con la excepción de que yo se más que tu del mundo exterior. —extendió su mano y moviéndola de un lado a otro —Solo es ir por comida, no te alejes y no te metas en problemas.

—¡No soy un niño!—se alistó y se preparó para salir —No te traeré nada.

Chuuya salió del hostal, preguntó a la encargada dónde podía conseguir una buena comida, muy amable la encargada le recomendó un restaurante a unas cinco calles , caminó hasta él, un lugar sencillo pero limpio.

—¿Qué desea ordenar? —Una pequeña mesera con dos coletas a los lados—¿Quiere probar la especialidad de la casa?

—El desayuno del día por favor —ordenó.

El servicio fue muy eficiente, la comida estaba deliciosa, las verduras y frutas frescas.

—¿Desea pedir algo más? —con una sonrisa —Veo que le ha gustado nuestros platillos, si lo desea podemos prepararle otro..

—Todo fue delicioso, disfrute de la comida, tienen una buena mano, incluso podrían cocinar en un palacio.—bebió un poco del jugo de mora mezclado con otras frutas locales, jugo a petición de él —Felicitaciones al chef —se levantó y dirigió sus pasos a la salida.

—Cliente —La pequeña mesera apareció rápidamente delante de él con una sonrisa —No olvide pagar su cuenta. —le extendió un recibo donde aparecían gastos extras a raíz de ingredientes extras que se tuvieron que agregar a los platillos principales, para que cada uno fuera al gusto del cliente.

Reinos [FIC BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora