Cada uno hacía su máximo esfuerzo para mantener aquella abertura, Mori había logrado adentrarse en la barrera.
—Por favor, que funcione —colocó su mano en la frente de Yosano y comenzó a conjurar la magia prohibida —Para abrir el camino de los muertos, como llamas en los altos pebeteros, en el espacio cerrado de la conciencia, caminan el sueño y lo real para encontrarse, y se miran de frente, sólo tal vez … —las últimas palabras fueron susurradas en el oído de la joven.
Un gran destello volvió a iluminar aquel reino, pero solo fueron unos cuantos segundos, antes que el rugido de una bestia sonora. La gran esfera de luz en la que Akiko y Mori estaban de pronto explotó y un enorme dragón dorado salió de ahí, espléndido, vigoroso y muy molesto.
Mientras el dragón se elevaba y rugía por su renacimiento dos figuras se precipitaron hacia el suelo, Fukuzawa rápidamente creó una especie de tobogán para evitar que se estrellarán contra el suelo.
—¿Están bien?—Fukuzawa no tardó en llegar a lado de Akiko y Mori que se encontraban inconscientes, la joven tenía unos cuantos rasguños y leves moretones, pero Mori estaba cubierto de sangre, de su boca se desprendía un río de sangre, junto a él se arrodillo y trato de despertarlo.
Edogawa corrió detrás de Fukuzawa, sabía perfectamente lo que Mori había hecho y conociendo al albino podría perder la cordura, tenía que mantenerlo estable y más si había un dragón suelto, necesitaban a alguien lo suficientemente fuerte y racional.
Dazai por órdenes de Mori había aprendido hechizos de sanación, no dudó en querer acercarse para atenderlos, pero a tan solo dar un par de pasos el dragón dejó de rugir, descendió y voló directo a Dazai.
—¡Chuuya!— grito Dazai tratando de sostener la mano del pelirrojo que fue raptado por el dragón. La primera vez que no pudo sostener la mano de un ser querido las cosas salieron terriblemente mal, haría lo que fuera para aferrarse. —¡Chuuya!— volvió a gritar con la voz rompiéndose, extendió una de sus manos.
—Mocoso— La reina roja le lanzó su látigo al castaño —Tú estás más cerca.
Como si el tiempo se hubiese alentado el látigo llegó hasta la mano de Dazai, al tomar la empuñadura, el látigo de fuego se volvió uno de agua. Rápidamente se dirigió hacia la pata del dragón.
—¡¿Qué haces?!—grito Chuuya preso entre las garras de la bestia mientras volvía a ascender al cielo.
Dazai que ya estaba aferrado entre las patas del dragón —Obviamente trato de salvarte.
El dragón sintiendo al polizón comenzó a volar más altos y movió sus patas violentamente
—Te lo buscaste —Dazai llevo la palma de su mano a la pata del dragón, tras un simple hechizo de ataque le cortó ambas patas.
Ambos cayeron en caída libre
—¿Enserio es tu forma de salvarme?
—Callate y sostén mi mano.
Chuuya y Dazai unieron sus manos en el aire mientras descendían, el dragón en un intento de venganza dirigió sus fauces a ellos para devorarlos.
Un lobo saltó de un camino hecho de hielo y mordió el cuello del dragón.
Edogawa había construido el camino para que la bestia espiritual de Fukuzawa pudiera atacar al dragón, el enorme lobo como perro con juguete nuevo no soltó al dragón.
El dragón que ya comenzaba a perder energía y siendo presa del lobo, con vanos esfuerzos se intentaba liberar. De pronto el dragón dorado comenzó a resplandecer como si se hubiese comido al sol.
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Reinos [FIC BSD]
FanfictionDazai un príncipe envuelto en dramas. Los personajes no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.