La advertencia

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—¡Woow!, sin duda has arrasado esta noche —Una chica con gafas un tanto avergonzada y con un poco de pena se le había acercado a Poe —Le traje esto —Le dio un botella con un líquido verde —Es una bebida que hará que te sientas mejor.

—Gracias —Aun no se acostumbraba a ser el centro de atención, extendió su mano para tomar la botella.

—Eh...esto, me preguntaba si tienes —La joven roja como un tomate trataba de armarse de más valor para seguir con la oración.

—¡Edgar!—corrió un muchacho directo a él y lo abrazo —Fue una buena pelea.

—Prin— No termino la oración cuando el ojiverde lo había besado.

—Edgar, Nikolai nos está esperando en la zona del bar —miró a la joven que los miraba entre confundida y avergonzada — ¿Quién eres?—La observó con unos ojos esmeralda tan fríos que le provocaron escalofríos.

Nerviosa respondió —Me llamo Louisa, soy la que lleva los números de aquí —De uno de sus bolsillos sacó un sobre —Aquí esta sus ganancia de esta noche, la señorita Margaret está interesada en abrir un contrato formal con ustedes, más bien con Edgar y Nikolai.

—Ooh, ya veo —extendiendo la mano —puedes dármelo a mí —Nikolai es un primo lejano y soy el responsable por él, ya que soy el mayor —miro a Edgar —En cuanto a él... Soy su esposo y yo me hago responsable de sus ganancias.

—¿Esposo? —El rostro de Louisa era toda una oda a la sorpresa.—Entiendo. —En sus ojos se mostró un poco de desilusión, rasgo que solo alguien muy perspicaz podría notar y no pasar desapercibido.

Entregó los sobres de la ganancia de esa noche y se fue de ahí dejando solos a los chicos en una esquina cerca de la jaula de pelea.

—¿Por qué ? —rompió el silencio Poe.

—Escucha por el momento somos unos prófugos —llevo una de sus manos al broche que le habían colocado al cabello de Poe para descubrir los ojos —Es mejor que no sepan que soy un príncipe que ha huido —quito el broche y el cabello volvió a cubrir esos ojos que desde el primer dia los observo se había maravillado de ellos — Y esa ha sido la coartada que estaremos usando, nadie se interesaría en un joven matrimonio.

—Entiendo, su majesta-

—Shhh —lo callo el ojiverde con la palma de su mano —A partir de este momento puedes llamarme por mi nombre de pila —le guiño un ojo — A partir de este momento fingiremos ser una bonita pareja.

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—¿Enserio Ougai, este era tu plan? —Fukuzawa regañaba al pelinegro ahora de regreso al reino de hielo después de hacerle una visita a una vieja amiga —¿Ir y matarla?.

—Si, con ella muerta se acaban los problemas —recargándose junto a la ventana del carruaje —Solo que no calcule una variante.

—¿Que ese plan era un fracaso, desde el inicio? —volvió el albino a decir mientras se vendaba la mano con la que había detenido la espada del guardián de la reina.

—No, que ella es madre, por un hijo se comete muchas cosas, se aferran más a la vida y si lo hubiera logrado su hijo quizás hubiera reclamado venganza y mi cabeza rodaría por las escaleras del palacio —miró a su cónyuge —¿te duele?

—No, solo es una rajada —hablo como si el corte en su mano no fuera más que un simple rasguño de gato. —No es nada

—Dame tu mano —Yukichi le extendió la mano, después susurro unas palabras mientras que con un dedo recorría la palma en círculos, las vendas se evaporaron y una luz púrpura apareció desvaneciendo la herida..

—No era necesario que usaras magia, era un simple rasguño —separó su mano del pelinegro— Pero gracias

—Es lo menos que podía hacer, detuviste una espada que iba directo a mi, además usar un poco de magia en mi querido esposo no es algo que me cause algún problema. —suspiro y se dejó caer sobre el albino, colocó su cabeza en las piernas del otro —Ahora el verdadero problema aquí son los niños, encontrarlos antes de que el emperador de las sombras o la loca los encuentren.

El carruaje siguió su trayecto un buen rato hasta que se detuvo en medio de un camino lleno de nieve, se sentía un ambiente extraño, un aroma a quemado les llegó. Fukuzawa bajó para observar qué es lo que ocurría a unos metros, lo que vio fue devastación, una aldea en cenizas con gente herida o en peor de los casos muertas, empuño su espada y camino sigilosamente, pero detuvo su andar en cuanto vio a su oficial de guardia, Atsushi en el piso cubierto de sangre —¡Ougai!—grito lo suficientemente alto para que el otro lo escuchara.

Mori no tardó en llegar a su lado, con verlo sabía cuál era su petición, se arrodilló y tocó al joven oficial —Está vivo, no te preocupes — uso nuevamente un hechizo curativo.

Atsushi abrió los ojos y con un dolor en la garganta intentó hablar.

—No hables —ordenó Mori mientras seguía curando —Aun no estás del todo curado, quien te hirió uso magia oscura y es algo difícil de desvanecer.

—Nogh —Un dolor más intenso en las cuerdas vocales lo atormentaba a la hora de producir cualquier sonido, después de todo una de los ataques había dado a su cuello — Pri...prince..sa, pe..ligro. —Cayó otra vez inconsciente.

Una gran corriente de aire se presentó, en cuestión de segundo se formó un tornado de nieve y de él salió un gran lobo blanco, uno tan grande que con una pata podía derrumbar una casa de dos pisos, ese lobo era un espíritu guardián de Fukuzawa, que rara vez invocaba. Atsushi quedó a cargo de uno de los sirvientes que los acompañaban en el carruaje y tanto como Ougai como Yukichi montaron el gran lobo que corrió a toda velocidad rumbo al palacio, sus pasos ágiles y veloces podían recorrer varios kilómetros en minutos.

Desafortunadamente ya era muy tarde Akiko ya no estaba ahí.

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—¡Achoo!

—¿Su majestad ya se ha enfermado? —se burló un castaño

—Ya te dije que no soy tan débil —se levantó de donde habían estado platicando un par de horas sobre las aventuras de Dazai y conociéndose un poco más —Regresamos al hostal, ya empezó a soplar un aire frío que hasta zumba.

—El rey de hielo diría, "es el viento que te quiere dar un mensaje" —también levantándose —bueno son cosas que me contaba cuando era un niño, junto con "si no te portas bien el gran oso no te dará regalos en diciembre", por cierto —buscando entre sus bolsillos — Ten.

—¿Qué es?—Chuuya que ya había empezado a caminar se regreso para tomar lo que el otro le ofrecía.

—Mientras andabas divirtiéndote en tu faceta como lavaplatos fui a conseguir un poco de medicina para ti — empezó a caminar —ya sabes por si vuelven tus ataques, trate de que fuera la fórmula exacta.

—Gracias

—No es nada

—No, en verdad gracias, por todo..., por acompañarme a esta loca aventura y a pesar de todo te tomaste la molestia de buscar una medicina para mi.

—Chuuya, me gustas, te seguiría a donde fueses. —llevando sus manos a sus bolsillos —Ahora regresamos, la temperatura ha bajado mucho.

El pelirrojo y el caminaron juntos hasta el hostal donde descansarían tranquilamente mientras permanecían abrazados

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Algo corto,pero quería actualizar pronto, las tareas siguen aumentando...pero díganme ¿les esta gustando?, por cierto me gusta el ranpoe pero escribirlo a veces se me complica al igual que el skk, pero creo que he estado haciendo un buen trabajo.


  gracias por leer n.n

Reinos [FIC BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora