Algunos días habían pasado desde el ataque de la maldición, esta misma noche como en anteriores Dazai masajeaba la espalda del príncipe, la trataba con sumo cuidado, en su interior entraba en pánico por no poder hacer nada si otra vez la maldición se activaba.
—Otra vez, estás poniendo una cara triste, ¿nunca has visto cicatrices en tu vida?—decía el príncipe boca abajo —Creí que ya te habías acostumbrado.
—No es eso, solo que pienso que esto debe ser extremadamente doloroso—Su mirada se perdió en una de esas dolorosas líneas —¿Cómo supiste que cara estaba poniendo?
El pelirrojo giró su cuerpo para quedar de frente al castaño y lo miro a los ojos —No hace falta que te atormentes por mi, solo se un buen sirviente y has bien tu trabajo. —Para tratar de romper el silencio incómodo que se originó —Cambiemos de tema, por ejemplo sé que eres de otro reino que tu nombre es Dazai y eres un comerciante, ¿Qué edad tienes?
—Tengo diecisiete.
—¡¿Enserio?!
—¿ Y usted su majestad? —le preguntaba mientras guardaba las cremas y aceites que solo hace unos momentos había untado sobre la piel suave del príncipe.
—Diecinueve
Si las cuentas no le salían mal, el príncipe tendría la misma edad que Edogawa. —No aparentas tener esa edad — coloco una mano por debajo de su hombro —Eres más bajo de lo nor
—Otro comentario así y te pondré a limpiar todas las ventanas con tu cepillo de dientes.
Una risa brotó del castaño.—Lo siento —Se volvió a reír.
Una carcajada producto de un chiste inocente que abrió paso a la confianza de ambos. Dazai le ayudó a levantarse, lo sacó de la tina y lo enrollo en una toalla, poco después le colocó su pijama.
—Dazai, ¿Cómo es el mundo fuera de este reino?—El pelirrojo se acomodaba en su cama como si fuese un niño que espera una historia antes de dormir.
—¡Hay muchas cosas!—respondió el castaño con inmediata emoción
—Háblame más de eso.
—Mm.. pues en el reino de hielo existen ¡¡osos enormes!! blancos y feroces, si se levantan en dos patas sin problemas podrían derribar enormes puertas —moviendo sus brazos como si con eso pudiera describir con más exactitud la altura de los osos —¡Son gigantescos!, incluso el rey de hielo no se quiere ver involucrado con estos animales, también hay pingüinos, te puedes deslizar en ellos, miden aproximadamente lo que tú.
— ¡Oye!
Haciendo oídos sordos a la pequeña queja del príncipe continuó hablando —En reino de Itzá o de las aguas encantadas, hay sirenas su canto es genial pero si salen del reino y las escuchas cantar suena horroroso lo digo por experiencia, hay brujas marinas que si te llevas bien con ellas te pueden obsequiar cosas bonitas de muchas partes del mundo —hizo una pausa —Aunque también cosas extrañas, una vez una me dio un tenedor, oh, también hay corales maravillosos y en cierta época del año las aguas cambian de tonalidad a un azul casi brilloso, las medusas también emiten luces que alumbran la oscuridad cuando los rayos del sol no dan, son nuestras constelaciones.
—¡Woow! —Los ojos de Chuuya destellaban con emoción —Todo eso es casi fantástico de escuchar, platícame más. —haciendo un hueco en su cama —Siéntate y no omitas ningún detalle
—En realidad no sé por dónde empezar.—sin pensarlo dos veces se acomodó en la cama esponjosa —Hay muchos lugares, tantas cosas.
—Dime de tu lugar favorito.
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Reinos [FIC BSD]
FanfictionDazai un príncipe envuelto en dramas. Los personajes no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.